www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
  Parte 5/5
 
Un presente lleno de urgencias: Al habla con María Elena Cruz Varela
'Con 75 disidentes cumpliendo largas condenas, con tres fusilamientos, el miedo ya no me vale', afirma la autora de 'Dios en las cárceles cubanas'.
 

¿Qué puede hacer la comunidad internacional ante la oleada represiva desatada por el Gobierno cubano?

Mi problema es el Gobierno cubano. Aquellos que dentro del Gobierno cubano están esperando la primera oportunidad para poder hacer las cosas un poco mejor —porque de haberlos tiene que haberlos— que no se dejen llenar más de ignominia y podredumbre. Esta es una cuestión de cubanos, y tenemos que resolverla los cubanos. No podemos seguir esperando a que sean terceros, de ninguna índole, los que nos dicten las pautas.

Si siguen recibiendo a Castro después de todo esto en las cumbres de presidentes, ignominia y bochorno para esos presidentes que son capaces de sentarse a su lado o comer con él. El que tiene que irse de Cuba es Fidel Castro, definitivamente, y los que tienen que encabezar una transición democrática son los cubanos de dentro y de fuera, sin exclusiones de ningún tipo. Los cubanos que estamos fuera no estamos fuera de vacaciones, no elegimos coger las de Villadiego cuando el horno se puso caliente. Muchísimos de los que estamos fuera hemos pagado muy caro, y no estamos en libertad, estamos condenados también; tenemos todo el derecho del mundo a participar en el destino de nuestro país. Si Castro sigue recibiendo apoyo después de esto, vergüenza para el mundo. Son una terrible mancha para el género humano tanto él como los que lo apoyan.

¿Qué opinión le merece la reacción de la opinión pública española, y de la clase política española, ante los últimos acontecimientos en Cuba?

No ha sucedido nada nuevo. Los primeros en apoyarnos han sido los que siempre nos han apoyado. Fueron del PSOE a la manifestación de la Puerta del Sol: Bienvenidos sean. Izquierda Unida se negó, peor para ella. Ni son tan izquierdos ni son tan unidos como pretenden. Por sus ausencias se les conocerá, por su falta de pronunciamiento se les conocerá.

La mayoría de la gente como que se desayuna ahora de que la pena de muerte ha estado vigente en Cuba durante estos 45 años, y que se ha seguido cumpliendo. Lo que no se ha hecho de cara a la galería, pero sí se aplica la pena de muerte, se ha aplicado la pena de muerte por delitos comunes incluso. Creo que si algo ha hecho Fidel Castro en contra de sí mismo ha sido quitarse la máscara ante la opinión pública internacional. Y con lo sensibilizada que está la opinión pública con esto de la guerra en Irak y demás, eso le ha perjudicado tremendamente. Aquellos que lo siguen apoyando están cometiendo el error de su vida.

Háblenos de sus futuros proyectos…

En estos momentos yo no tengo futuro. Te lo digo de verdad. Soy un presente lleno de urgencias, no tengo futuro, estoy viviendo en una maleta, dando carreras de un lado para otro. No le digo no a nada, sea de la tendencia que sea. No me importa. Estoy con las nuevas generaciones del Partido Popular, y si me llaman las del PSOE voy también. A donde me llamen voy, porque para mí la cuestión cubana no es una cuestión de ideología, es una cuestión de principios.

Yo no he tenido una vida serena ni sosegada desde que salí de Cuba. No he estado establecida, no he echado raíces en ninguna parte, y ya eso no me crea ningún trastorno. Al principio sí, quería otra vez anclarme, tocar tierra… el mundo es muy ancho después que sales de una isla, como que se convierte en una vastedad inabarcable… Engordas, engordas, engordas tratando de ocupar un poco más de espacio, hasta que después te serenas y dices: bueno, no, qué pasa, soy parte de un conglomerado errante. Algún día regresaré a Cuba: ni yo seré la misma ni Cuba tampoco, pero lo único que tengo claro es que mi lugar está allí. Como quiera que sea, en la sociedad civil o humildemente, en mi casa, ya jubilada en una sillita de ruedas, no me importa, pero mi lugar está allí. Por eso nunca he tenido proyectos, todo ha nacido así, a vuelapluma, corriendo, de un lugar a otro. Esta misma novela del premio se escribió en Miami. Hace un mes estaba en Miami y ahora estoy en España otra vez, y ahora vamos a ver dónde. Donde sea.

Quiero hacer una Fundación o una Asociación, algo justamente para la difusión de la cultura y la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión. Y ando un poco también en eso, recabando apoyos. Si tuviéramos una plataforma todo sería mucho más viable.

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