www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
  Parte 4/4
 
'Con embargo o sin él, el país tendrá que cambiar'
Alcibíades Hidalgo, quien fuera ayudante de Raúl Castro, embajador en la ONU y miembro del Comité Central del PCC, habla para Encuentro en la Red.
 

Se dice que Raúl Castro es un hombre alcoholizado...

Esa pregunta me la han reiterado en muchísimas ocasiones desde mi salida de Cuba. Prefiero evitar la chismografía política, no creo que sea buena para nadie. Pero en este caso, tratándose de una persona que posiblemente llegue a ocupar la jefatura del Estado cubano, no queda otra alternativa que decir que sí. Es esa la situación personal que yo conocí en el general Raúl Castro.

¿Qué podría suceder si muriese Raúl Castro antes que su hermano?

Es un escenario que tampoco puede descartarse. Sucedió anteriormente en China, con el heredero establecido de Mao Tse Tung. Y todos recordamos el caos político que se instauró allí con la revolución cultural y demás. Creo que en Cuba no existe la posibilidad de que suceda de esta manera, existen factores diferentes, hay una atención muy importante de la comunidad internacional hacia nuestros sucesos; existe también una importantísima comunidad cubana en el exilio, influyente, atenta, interesada en lo que pueda suceder en el país en un futuro. Y sobre el conjunto de esos factores planea, sobre todo, la determinación misma del pueblo cubano. No creo que ello lleve al país sino a un cambio a muy breve plazo, luego de la desaparición de Fidel, que parece el paso inevitable que debe cumplirse para cualquier cambio político.

¿No le parece que hay una especie de atasco político, de abulia generalizada, que la gente está esperando la muerte de Castro para hacer algo?

Sí, es cierto que es así. Lo percibí en Cuba y lo percibo ahora del otro lado de las aguas del Estrecho de la Florida. Creo que, querámoslo o no, la personalidad de Fidel ha marcado 50 años de la vida de la nación, y cualquier cambio futuro pasa por su desaparición. No somos nosotros solos los que estamos un poco resignados a ello —aunque algunas voces se alzan frente a esa resignación—, sino también muchos gobiernos. Incluso, diría que en el propio Gobierno norteamericano puede percibirse que se espera por ese hecho biológico para que los cambios tengan lugar.

¿Cómo ha afectado el Período Especial el nivel de vida de los altos miembros de la nomenclatura cubana?

Ciertamente, el llamado Período Especial afectó los privilegios de que disfrutaban algunos sectores de la nomenclatura cubana, pero ya en los últimos años han encontrado de nuevo las formas, los medios para proporcionarse, sobre todo los sectores militares, condiciones de vida diferentes a las del resto del país, y eso se extiende incluso al conjunto del aparato represivo. Un policía en La Habana, en estos momentos, puede ganar el doble del salario oficial que recibe un profesional universitario... una demostración de cómo el sistema invierte sus recursos en los mecanismos de represión.

Algunos sectores del exilio en Miami expresaron un cierto rechazo a su llegada. ¿Qué piensa de estas actitudes?

En Miami existe un exilio muy variado. Las reacciones a mi presencia aquí han sido también muy variadas, desde manifestaciones de rechazo hasta manifestaciones de bienvenida. La diferencia es que estas cosas se pueden expresar aquí con absoluta libertad. En algunos sectores se manifiesta intolerancia, y la intolerancia es algo que nos corroe a ambos lados del Estrecho de la Florida. Hay una intolerancia de esencia cubana en alguna de la intolerancia de esta parte. Yo reitero que respeto esas opiniones, que muchas de ellas están permeadas por sentimientos lógicos y por sucesos que todos deberíamos lamentar en nuestra historia, pero pienso que lo más importante es buscar lo que nos une, lo que nos identifica. No sólo en mi caso, sino en el caso de muchas otras personas que están en Cuba, que pueden tener posiciones importantes o no tan importantes dentro del Gobierno y que también deben saber que no se libra una guerra contra ellos, que no se batalla contra ellos específicamente. Que se batalla contra el sistema.

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