La población negra enfrenta dificultades para escalar poderes o posiciones políticas importantes. El número de negros es pequeño e, incluso, a veces se ha interpretado que a figuras como Esteban Lazo se les utiliza, al igual que en otros países discriminadores, como símbolos para que se interprete que los negros tienen poder. Como en el pasado, a estos se les conoce cuando se destacan en la música y el deporte y, como ocurrió en el caso de Teófilo Stevenson, se les exalta convirtiéndolos en diputados. Esto es una clara manipulación. El hecho de que un individuo sea campeón no tiene que transformarlo en persona representativa del país, políticamente hablando.

Otro asunto, en cuanto a igualdad, es lo que en Cuba se denomina grupos vulnerables, que son los indigentes y pobres de otros países. Todas las evidencias estadísticas y análisis de expertos que han visitado la Isla indican que no sólo la cantidad de indigentes, sino las manifestaciones públicas de la indigencia son bastante evidentes. La cifra de personas que hoy en día piden porque no tienen qué comer, no les alcanzó lo del mes o porque tienen un hijo enfermo, se ha incrementado.

Como no hubo en lustros pasados una cultura de la limosna en Cuba, sencillamente el régimen piensa ahora que la limosna es distinta a la del resto del mundo, cuando en realidad es casi exactamente igual. Es el mismo eufemismo de Fidel Castro de que las prostitutas cubanas eran distintas porque eran ilustradas. Ahora se dice que los pobres cubanos son distintos porque tienen libreta de racionamiento, porque tienen buena educación; pero además se dice que el pobre pide limosna no porque viva de ella, sino cuando tiene necesidad. Son indigentes distintos. Son limosnas distintas. Esto es llevar la justificación hasta límites extremos.

Quisiera agregar algo sobre el problema de las remesas, que no son más que donaciones, un porcentaje muy grande del Producto Interno Bruto que recibe el gobierno sin costo alguno. Sin embargo, hay en las remesas un tema sentimental que pocas veces se evalúa y que introduce una difícil negociación entre el pariente que depende del otro, que tiene que buscar fórmulas de estabilizar los envíos o en el aumento de ellos para poder subsistir. Es toda una relación familiar que se corrompe con elementos de cálculo, tremendamente dañinos.

Gran parte de la disidencia cubana se encuentra actualmente en la cárcel. ¿Es ésta una medida de represión que tiene que ver solamente con ellos?

Absolutamente no. Pero antes quisiera aclarar algo. A la oposición cubana se le suele llamar disidencia cuando en realidad la disidencia es simplemente estar en contra. Estos grupos son de oposición, porque tienen un proyecto político y expresión política alternativa. Por primera vez el gobierno ha mostrado temor y preocupación, que se revela en acciones sistemáticas para tratar de acabar con el movimiento opositor y propinarle golpes sustantivos.

En el pasado también se los golpeó a través de la infiltración, de la destrucción de sus cuadros, pero fueron golpes de una vez, amparados en la acusación de batistianos y, más generalmente, de contrarrevolucionarios. Ahora da la sensación de que el régimen se enfrasca en matar a una hidra de muchas cabezas, pues corta una y salen tres. Esto está muy relacionado con la extracción de esos opositores, que muchas veces fueron personas de confianza del régimen, presuntamente probados.

Vladimiro Roca o Elizardo Sánchez tuvieron papeles protagónicos a sus niveles, de segunda línea, pero importantes en la formación de cuadros y las Fuerzas Armadas, respectivamente. Ahora se les acusa de informantes. Eso pasa, incluso, con personas que se encuentran fuera del país, que han colaborado con el gobierno. En Estados Unidos, grupos como Areíto o la Brigada Venceremos han estado en Cuba y se han utilizado como informantes por un régimen donde toda persona es vista como tal. No faltaron quienes se dejaron utilizar o se dieron cuenta que análisis suyos, o lo que simplemente conversaban, era elaborado como elemento de inteligencia. Se sintieron, en fin, manipulados y reaccionaron en contra.