www.cubaencuentro.com Jueves, 13 de noviembre de 2003

 
  Parte 4/4
 
Una hidra de mil cabezas
La situación actual de la Isla y el futuro del postcastrismo. Desde Chile, al habla con el economista cubano Francisco León.
por MIGUEL CABRERA PEñA, Santiago de Chile
 

Ahora el gobierno se enfrenta al dilema de negarle a personas que fueron sus militantes, el derecho de que sean militantes opositores, y no a nombre de que la revolución haya traicionado sus ideales, sino sencillamente porque piensan distinto. Roca cree tener derecho a cambiar su forma de pensar, como cualquier ser humano en cualquier lugar del mundo. Para el régimen, éstos son traidores y tratados con más saña. Ha sucedido en todas las revoluciones, desde la jacobina hasta ahora.

Opositores
'Oposición cubana, una hidra con mil cabezas'.

La desesperación frente a lo que llamamos hidra de mil cabezas se demuestra en la manera en que se trata a Elizardo Sánchez. Son muy interesantes las declaraciones de Payá, que mostró su solidaridad con Sánchez, y de Roca, quien expresó: "a mí no me interesa lo que Elizardo haya sido, me interesa lo que Elizardo ha hecho trabajando con nosotros". Con esto indica que Elizardo puede tener un pasado, puede haber sido condecorado por la policía política, pero sencillamente hoy en día es un opositor. Pensar de otro modo es desconocer la historia del campo socialista. En esos países, después del fin del socialismo, no hubo cacería de brujas alrededor del tema.

Ese tipo de declaraciones crean temor, porque aparecen como invitación a quienes están en el gobierno por el grado de aceptación que pueden esperar de los opositores, independientemente de su pasado personal. Elizardo fue muy atacado por su pasado ligado al régimen, a pesar de sus años de prisión; en tanto, en Miami, se le criticó mucho y, sin embargo, la oposición lo acepta.

Se rechaza de tal manera a un régimen que quiere decir que el presidente de los derechos humanos en Cuba es una persona que le pertenece, que es un espía. "Ustedes —ni los que se agreguen— pueden confiar en nadie", es el mensaje. El gobierno no le teme a la oposición interna como tal, sino como posible cabeza de un descontento generalizado que provocaría la profunda insatisfacción existente.

¿Se atrevería a una profecía, a vislumbrar lo que sucederá en Cuba luego de un cambio político?

Me alejo de un pensamiento fácil de los cambios, que a veces consiste en creer que se tendrá todo de EE UU, cuando antes no se tenía nada; que se producirá rápidamente una reconciliación nacional; que llegará mucha gente con capacidad financiera y emprendedora; que muerto Fidel Castro se termina todo. Existe una visión idílica. Los cambios aparecerán en los marcos de la desmoralización actual, la precaria productividad y el descontrol en el mundo del trabajo y el económico, además de la desesperanza generalizada.

Todo eso influirá aun cuando el poder cambie de Castro a su hermano Raúl; de éste a Lage o a Payá, Vladimiro u otro. La desconfianza incrustada en el cubano, después de años de dependencia del gobierno —que podría pararse frente a los nuevos gobernantes y preguntarle qué me vas a dar— continuará. Tenemos que resolver psíquicamente nuestro rito de dependencia.

El cubano está adaptado, después de la crisis 1989-1991, a resolver, a sobrevivir a menudo contra la ley y sus principios. Para superar ese cáncer es necesario crear trabajo, y bien pagado, rápidamente. Y para eso, el gobierno que le toque tiene que transformar la economía, y sabemos que no puede hacerlo inmediatamente. En esta situación se podría crear descontento, el mismo que se manifiesta en el abandono del país y el crecimiento de la economía subterránea o mercado negro.

En Cuba, además, el tema de los derechos humanos es una Caja de Pandora que se abre, y 30 años después los individuos pueden ser condenados por torturadores, haber asesinado, causado daños irreparables de carácter psicológico y moral. Habrá también grupos de convencidos de la bondad del régimen que lucharán hasta el final. Como en Irak, hay gente que defiende a Sadam Husein, y en Rusia a Stalin. Fidelistas habrá por mucho tiempo en Cuba, que no desestimarán la violencia.

Para un cambio satisfactorio, vislumbro varios factores importantes: transformación de las relaciones entre la sociedad civil y el Estado, el fortalecimiento de los principios para resolver los problemas individuales y colectivos debe sustituir a la práctica de la doble moral, convencer a la gente de que la solución está dentro y no fuera. Aunque resulta difícil establecer cuándo llegará el momento en que mejorar su situación en Cuba llegará con igual celeridad que en el extranjero. Además, insertarse en la economía de EE UU, pero también en la europea, latinoamericana o rusa. Esa diversificación de las relaciones económicas y políticas permitiría mayor holgura, estabilidad y consenso interno.

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4. Ahora el gobierno se...
   
 
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