www.cubaencuentro.com Martes, 30 de marzo de 2004

 
  Parte 1/4
 
La ideología del calesero
'Cuba es hoy como una gran plantación, donde el Estado es la casa del esclavista y la ideología un factor de evangelización para controlar la fuerza de trabajo', asegura el ensayista Enrique Patterson.
 

La supuesta eliminación del racismo en la sociedad cubana ha sido una de las ideas que el castrismo ha intentado inculcar en los ciudadanos de la Isla y en los patrones que definen la imagen exterior del régimen.

Sin embargo, tanto la marginalidad social como la inexistencia de derechos políticos, han evidenciado que, lejos de haberse resuelto —como pregona el gobierno—, la discriminación racial permanece latente.

El ensayista y periodista Enrique Patterson, profesor de Filosofía de la Universidad de La Habana hasta 1981 y quien actualmente reside en Miami, analiza el fenómeno del racismo en Cuba a partir de la necesidad de crear condiciones para una transición democrática pacífica en la que los negros participen en igualdad de condiciones.

¿En qué cree que ha agravado o aliviado la revolución el racismo histórico en Cuba?

La revolución ha aliviado el racismo histórico desde una base inaceptable. En el régimen esclavista se ponían a esclavos de distinto origen juntos en el barracón, porque esa condición de ponerlos a todos en el mismo nivel de violencia y de falta de derechos traía como consecuencia que fueran indistintos. Llegaba un momento en que el yoruba, el kikongo, el umbundo y el fula, sencillamente eran esclavos.

Digo que si la eliminación del racismo y la discriminación es sobre la base de tratar a toda la ciudadanía como a negros sin derecho, cuestiono que esa sea una política que tienda a eliminar la discriminación. Se da sobre la base de discriminar a todo el mundo como individuo, y no le veo a eso ningún mérito. Me parece que habría mérito si el proyecto revolucionario, respetando los derechos individuales, hubiera frenado, legislado e impedido la tradicional discriminación racial en Cuba.

Es muy difícil eliminar el racismo como ideología. O sea, uno no puede legislar lo que la gente piensa. Siempre habrá alguien que piense que los negros somos inferiores o feos o cualquier otra cosa. Pero la discriminación es más que eso, la discriminación se da cuando esas ideas que la gente tiene en relación con el otro le impiden a un miembro de un grupo social acceso, representatividad, bienestar económico, etc.

Lo que ha ocurrido en la historia de Cuba es que antes de la revolución existía esa discriminación. Es decir, la población negra no tenía esos accesos. Y después del triunfo de la revolución, a la población en general, incluyendo la negra, se le negó la posibilidad como individuos de reclamar esos derechos, incluso sus derechos como ciudadanos de la raza negra.

En última instancia es el mismo esquema visto desde otro punto de vista. La revolución no ha logrado darle derechos a todos los ciudadanos en el marco del respeto a las libertades. Al final, la historia demuestra que un exceso de igualitarismo trae como consecuencia la eliminación de la libertad y que, de todas formas, se mantengan las desigualdades.

Se sigue manteniendo la discriminación porque nadie puede liberar o eliminar la discriminación que sufre un grupo, si no se le da a sus miembros la posibilidad de abogar en un espacio democrático y luchar con instrumentos políticos para eliminar las condiciones de la discriminación. Si se logra algo, se lo otorgan al grupo como un favor de una entidad superior que tendrían que agradecer eternamente, lo cual es indigno desde el punto de vista de la ciudadanía.

"¡Negro!, pero ¿tú no estás de acuerdo con el gobierno? Si te hemos hecho persona… si te hemos dado derechos". O sea, yo no tengo derechos como ciudadano. Existe una entidad, la revolución, y un líder que me ha permitido tener esto que no me merezco y, por lo tanto, tengo que ser completamente servil. Es la ideología del calesero.

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