www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
  Parte 1/3
 
No al aislamiento, sí a la condena
'Estamos en una fase de no ganar. Por lo tanto, en lugar de seguir echándole candela al fuego, hay que buscar maneras para entrar en una nueva distensión', señala Marcelino Miyares, presidente del Partido Demócrata Cristiano de Cuba.
 

Presidente actual del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, Marcelino Miyares es graduado de doctor en Ciencias Políticas de la Northwestern University de Illinois, en 1975, y de doctor en Derecho de la Universidad de Villanueva, en La Habana, en 1960. Ha escrito los libros The role of Cuba in Soviet strategy (Georgetown University, 1965) y Models of political participation of Hispanic American in the US (The New York Times Press, 1975), además de producir el filme Amigos, en 1984, y coproducir en 1986 el documental Nadie escuchaba, de Néstor Almendros.

M. Miyares

¿Qué es la plataforma democrática cubana y por quiénes está conformada?

Lo importante para entenderla es que en el momento que se crea, en 1990, hay dos factores que contribuyen a hacer la plataforma. Primero, al acabarse la guerra fría, nosotros creemos que el diferendo Cuba-Estados Unidos no tiene sentido. El problema tiene que ser resuelto entre cubanos, y para eso se planifica un encuentro nacional entre todos los cubanos. Ese es una idea clave. Y segundo, si la solución del problema de Cuba es entre los cubanos, el protagonismo político no puede estar en el exilio, tiene que estar dentro de Cuba.

Sobre estas dos bases, entonces se nos ocurrió la idea de crear una coalición, pensando en términos de transición, en la cual tienen que estar presentes todas las ideologías, y deben estar presentes todos los factores-actores del drama cubano, que son: exilio, disidencia dentro de Cuba y personas en el gobierno. Los que están gobernando nos tienen que seguir en una transición pacífica que es lo que queremos. Y entonces, la plataforma es una coalición donde hay tres partidos que tenemos conexiones con las internacionales. El mío es el Partido Demócrata Cristiano de Cuba, que tiene su internacional, presidida en este momento por José María Aznar; el Liberal, que tiene su internacional, y el Socialdemócrata, que la tiene también.

Del noventa hasta la fecha la plataforma ha tenido una vida muy interesante, porque por primera vez los cubanos nos agrupamos y podemos convivir y desarrollar planes. Durante muchos años estuvimos yendo a todas las cumbres. Éramos los únicos cubanos que íbamos a protestar a las cumbres, porque en nuestro país no podíamos hacerlo. Entonces, la gente del gobierno se nos acercaban y nos decían: pero cómo es posible que ustedes vengan aquí a hacernos quedar mal. Y les decíamos: es que ustedes no nos dejarán hacer esto dentro de Cuba. Lo que queremos es negociar con ustedes. La protesta nuestra es porque ustedes no quieren hablar con nosotros, tan sencillo como eso. Por esa razón es, por ejemplo, que a mi no me dejan entrar en Cuba.

Excepcionalmente pude hacerlo en el año 89, antes de que se creara la plataforma, y de ahí en adelante me han cerrado la entrada, a pesar de que estamos en contra del embargo, a favor de la negociación y el diálogo, y de que en Miami éramos considerados malos. La plataforma, en el noventa, en Miami, era un elemento completamente negativo, porque estábamos precisamente en favor de un acercamiento, a favor de que no se estrangulara a Cuba, en contra del embargo...

Así que la plataforma es una entidad muy interesante. En diciembre del año pasado por primera vez logra ser recibida en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo. El impacto que tuvo fue tal que los parlamentarios europeos llegaron a la conclusión de que ellos podían jugar un rol con respecto al caso de Cuba, pero como facilitadores, no decirnos lo que tenemos que hacer, sino facilitar que se produzca ese encuentro entre los actores del drama cubano.

Este proceso, que comenzó en diciembre, se paralizó en marzo, por la crisis represiva. Pero se abrirá, porque es natural que pase, y de alguna manera los cubanos tenemos que ponernos de acuerdo entre nosotros. Claro, el gobierno cubano lo que quiere es mantener el diferendo Estados Unidos-Cuba, para mantener una situación completamente anormal. Pero, por otra parte, si logramos que Estados Unidos no se meta más en el problema, que es lo que queremos, entonces el gobierno cubano no tiene alternativa, y ya dentro de EE UU hay muchos elementos que quieren acabar con el embargo, que se abran las relaciones diplomáticas, quieren que haya viajes a Cuba, o sea, quitarle al gobierno cubano el argumento de que el problema está entre esos dos gobiernos, y no entre el pueblo cubano.

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