www.cubaencuentro.com Lunes, 19 de julio de 2004

 
  Parte 4/4
 
Johnny Pacheco: 'Celia era la orquesta'
Un año después de la partida de La Guarachera de Cuba, el músico dominicano recuerda a 'la negra de los cien mil voltios de potencia'.
por ARMANDO LóPEZ, Nueva Jersey
 

¿Por qué Celia nunca tuvo orquesta?

Adonde quiera que iba conocían su música. En Venezuela, Cuco y su Sonora; en México, la Sonora Dinamita, y, en Estados Unidos, su hermano Pacheco, porque aun después que terminó la Fania, seguimos trabajando juntos. Celia sabía que no era fácil controlar una orquesta. Los músicos son como niños. Nunca saben ni adónde van, ni a qué hora es el concierto, hay que llevarlos de la mano. Uno tiene que ser padre, madre y confesor de cada músico de su orquesta.

Supe de orquestas desde que nací. Mi padre era el mejor clarinete de la República Dominicana, dirigía la orquesta Santa Cecilia, pero también era sastre, y cosía a mucha velocidad. Llevaba el ritmo con la puntada, y silbaba la melodía. Cuando llegaba a la solapa del saco, retardaba la puntada, y yo le preguntaba: '¿qué ritmo estás cosiendo, papá?'. Y él me respondía: 'un bolero'. Mi padre me enseñó a enfrentar la música. Con quince años armé un trío: piano, bajo y yo en la batería. Tocábamos en el Chateau Madrid, de la calle 58, en Manhattan. A los veinte, formé Pacheco y su Charanga, luego la Fania… ¡Ha llovido tanto!

¿Por qué Nueva York? ¿Por qué la unión con los cubanos?

A los once años vine para Nueva York. Me mudé para Jackson Ave, en el Bronx, un barrio candela, pero lleno de música. Por allí vivían Charlie y Eddie Palmieri, Vicentico y Miguelito Valdés, Tito Rodríguez, Rey Santos.

El Bronx, el Barrio (West Harlem) y el Alto Manhattan, eran en los sesenta el centro de la música tropical y del jazz. Había cientos de clubes con música en vivo. Semanalmente nos juntábamos para las descargas de jazz, y a comerle a Patato Valdés su receta secreta: ¡rabo encendido! Tan sabroso lo cocinaba el tumbador cubano que el público se le colaba en la cocina. Pues un día, en pleno show, gritó: 'no cocino más', y hasta ahí llegó el rabo.

Fue una linda juventud. No había celos, ni estrellatos entre nosotros. Cuando comenzamos a viajar, nos encontrábamos cada miércoles en El Asia, el restaurante de chinos cubanos que habían huido del comunismo. Almorzábamos criollo, nos echábamos un tabaco y nos contábamos las giras, los éxitos y los amoríos. Yo siempre me reuní con músicos cubanos. Y hasta me casé con Cuqui, una cubana que adoro, que conocí en la Fania, con la que llevo ya veinte años, y que hoy es mi representante. Hay quien dice que soy un cubano que nació en República Dominicana y creció en Nueva York.

¿Cuál es el músico cubano que más influyó en ti?

Son tantos: Mario Bauzá, Machito, Pérez Prado, Arcaño. Pero fue el viejo Fajardo quien me ayudó con la flauta de cinco llaves. No había método para aprender el instrumento, y Fajardo lo inventó. Fajardo y sus Estrellas inspiraron a todas las charangas de Nueva York, que había muchas.

Constantemente llegaban muchos músicos exiliados de Cuba. Yo les daba trabajo en mi orquesta. En mi Charanga tuve a Daniel González, Julián Cabreras, Rudy Calzado. Y cuando empecé con el tumbao, tuve a Cachao en el bajo, y en las trompetas, al Negro Vivaes y Chocolate Armenteros. Los músicos cubanos sonaban con ese ritmo "sangandongo", inimitable. Ahí tienes a Celia, ¡quieres algo más grande que eso!

¿Disfrutas ser la leyenda de la salsa?

Cuando me dieron un doctorado en mi pueblo, Santiago de los Caballeros, y leyeron mi trayectoria, que si toqué con Stan Kenton, Quincy Jones, Pérez Prado, Stevie Wonder… que si me había llevado tantos discos de oro, que si estoy en el Hall de la Fama, etcétera, etcétera, pensé: '¡carajo, yo soy un fenómeno!'. Pero cuando todos te dicen: 'cuídate Pacheco, que Tito Puente se fue y Celia anda por allá arriba, poniendo a bailar a los ángeles', me pego a la tierra y sé que sólo soy un dominicano con suerte.

Además, eso de leyenda me suena a mezcla de famoso y momia. Ahora resulta que me quieren celebrar mis 50 años en la música con los cantantes originales de la Fania, pero hay muchos de ellos que ya cantaron el manisero. Y en Colombia están anunciando mi último concierto: ¿será que piensan pegarme dos balazos?

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