www.cubaencuentro.com Domingo, 02 de enero de 2005

 
  Parte 1/4
 
Contra las mordazas
'En Cuba pasa lo mismo que en Marruecos: algún día todo se va a desplomar de una manera tan brutal, que ya no podremos salvarlo', opina el periodista Ali Lmrabet.
 

Tras pasar siete meses y medio en prisión por un delito de opinión, el periodista marroquí Ali Lmrabet fue indultado recientemente por el monarca Mohamed VI.

Lmrabet
Periodista Lmrabet. Salida de la cárcel.

Ingresó en prisión el 21 de mayo de 2003. Desde ese momento familiares y amigos, apoyados por numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos y por algunos gobiernos, comenzaron una campaña por su libertad.

El único delito de Lmrabet, que dirigía los semanarios marroquíes Demain Magazine (en lengua francesa) y Douman (su versión en árabe), fue publicar algunas viñetas en las que ni siquiera aparecía el soberano.

Durante la celebración del Congreso Internacional de Cultura Cubana, celebrado en Madrid, recibió el Premio Raúl Rivero por su defensa de la libertad de expresión, ocasión en la que dialogó con Encuentro en la Red.

Señor Lmrabet. ¿Cuál fue el contenido de las acusaciones por las que le condenaron?

Las acusaciones fueron: ultraje al Rey, atentado contra el régimen monárquico absolutista marroquí y atentado contra la integridad territorial de Marruecos. Me acusaron de haber ultrajado al Rey sacando unas viñetas donde no se le veía. Me han acusado de atentar contra la integridad territorial de Marruecos, dando la palabra a los saharauíes, que dicen que el Sahara Occidental no es marroquí. Y me han acusado de atentar contra la monarquía por sacar unas viñetas contando la historia de la esclavitud en Marruecos. En esas viñetas no vemos que es Marruecos, lo que vemos son unos marroquíes besando una mano y unos pies que personifican un poco al régimen marroquí.

Aparte de eso, no hay ninguna difamación ni ultraje, no hay injurias.

Usted dice que está a favor de un Sahara marroquí y justamente le acusan de lo contrario…

Sé que el gobierno de Cuba defiende mucho un Sahara independiente, en manos de la República Árabe-Saharaui Democrática. Sé que hay muchos saharauíes que están estudiando en Cuba, pero soy marroquí y defiendo pacíficamente un Sahara marroquí. Los saharauíes que dicen que el Sahara no es marroquí, como es el caso del gobierno cubano, tienen perfectamente el derecho de expresarlo y escribirlo en una revista, y eso es la libertad de expresión: que todas las opiniones se expresen pacíficamente.

No sé si esto se puede hacer en Cuba, no sé si el diario Granma puede publicar dos opiniones diferentes. En mi revista se hacía con muchas dificultades, y esa fue una de las razones por las cuales me enviaron a la cárcel.

¿Cómo se controla la libertad de prensa en Marruecos? ¿Cuál fue la reacción de los otros periódicos ante su enjuiciamiento y condena?

Depende. Los diarios independientes, que son manejados por jóvenes periodistas de mi generación, me han apoyado mucho y han dicho que esto es un escándalo. Los otros periódicos, que son oficiales u oficialistas, o próximos al poder monárquico, me han atacado mucho. Me han dicho lo que se dice de los disidentes en La Habana, que somos irresponsables, enemigos de la patria, que lo que intentamos hacer es socavar la legitimidad del régimen…

Estas son las acusaciones habituales de las dictaduras. Yo provengo de una familia muy humilde, no soy hijo de ningún embajador, me hice a mí mismo. No tuve nunca una beca y soy un hombre con simpatías de izquierda. Fui un amante de la revolución cubana, la de los 20 primeros años, la de los 10 ó 15 primeros años.

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