www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
  Parte 3/4
 
La excelsa predestinación de Cuba
Ideología y revolución: Casi 200 años de hipérbole y delirio de grandeza. Una entrevista con el escritor Miguel Sales.
por MICHEL SUáREZ, Madrid
 

Hay un punto culminante de ese deseo de ser grande, de ser colosal, en la Crisis de los Misiles…

Sí, ese es el colofón trágico de toda esta historia porque todo esto comienza a principios del siglo XIX, cuando Cuba, que era una colonia pequeña, pobre, distante y olvidada, da un salto en un plazo de 15 ó 20 años y se convierte en uno de los países más ricos, más dinámicos y mejor incorporados a la revolución industrial y al comercio atlántico, gracias a los cambios tecnológicos que se originan en Inglaterra; gracias al trabajo de la aristocracia criolla que comienza a encaminar el país por el sendero del desarrollo económico, basado en la esclavitud y en el desarrollo de la industria azucarera.

Ese salto, ese despegue que ocurre por primera vez en la historia, hay que subrayarlo, en el caso de Cuba. Luego se repetiría en Taiwán, y en otros momentos y lugares. Pero por primera vez en la historia eso se produce en relación con Cuba, y se produce en una especie de comercio regular que incluía la venta de azúcar, mieles, ron, a Estados Unidos, Inglaterra, Francia; la adquisición de esclavos en África y la compra de maquinaria, sobre todo a Inglaterra.

Este montaje de comercio internacional, además de un rápido crecimiento de la agroindustria azucarera, que desplaza al café y a otros cultivos, le permite a la burguesía, a esa aristocracia que Moreno Fraginals ha llamado 'la sacarocracia cubana', asumir realmente los destinos de la Isla.

España está postrada, España atraviesa a partir de las invasiones napoleónicas un período trágico de su historia, donde no puede ni siquiera gobernarse a sí misma y mucho menos gobernar a Cuba. No había ni flota para comunicarse con la Isla, y los cubanos son, de facto, independientes. La aristocracia criolla gobierna el país y los capitanes generales tienen que aceptar sus dictados. Este magnífico momento de despegue lo protagoniza, sobre todo, Arango y Parreño.

Es decir, en los primeros 20 años del siglo XIX, Cuba es un país que conoce un desarrollo que no se había dado nunca en el Caribe y casi en ninguna parte del mundo. Ese crecimiento desmedido de la riqueza y ese desarrollo tan rápido va acompañado de la utilización de esclavos, sometidos a unas condiciones cada vez más duras de explotación.

Con la llegada al poder de Isabel II, España trata de recuperar el control de la Isla y disminuir la autonomía de la aristocracia criolla, y ahí comienza la gran contradicción: Cuba no puede someterse a los dictados de una metrópoli que es mucho más atrasada política, social y económicamente que la colonia. La colonia ha hecho avances espectaculares, incluso tiene ferrocarril once años antes que la metrópoli, pero al mismo tiempo no es libre, no puede decidir sus destinos, que están cada vez más limitados, más decididos por España.

¿Qué sucede? La contradicción entre esta superioridad económica y cultural y la subordinación política a la autoridad española, genera en la aristocracia cubana un mito compensatorio, que sirve para justificar esa situación y el aplazamiento de la independencia.

Cuba, un país tan desarrollado en comparación con otros del continente, va a acceder a la independencia de manera tardía, después de países tan pobres como Haití, o como Paraguay, pero ese movimiento independentista no va a ser de carácter local, sino que va a tener una importancia enorme para los destinos de la humanidad porque va a influir en el comercio atlántico, va a repercutir en muchos órdenes… todo eso es pura imaginería, eso no tiene más base real que el anhelo de compensar esa deficiencia moral.

1. Inicio
2. Esto cambia radicalmente...
3. Hay un punto culminante...
4. Claro, hay que decir...
   
 
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