www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 2/2
 
La confusión argentina
Ricardo López Murphy, líder de la oposición en Argentina, opina que la política exterior de su país hacia Cuba es 'desafortunada'.
por GABRIEL SALVIA, Buenos Aires
 

¿Por qué cree que en Argentina, particularmente, los sectores que simpatizan con la revolución cubana no han evolucionado como lo ha hecho la izquierda en otros países?

Porque mucha gente en la Argentina, de esa orientación ideológica, sueña con instalar un régimen político similar al de Cuba. Creo que es una tragedia, pero sueñan con eso. Es muy vocal, se la escucha mucho, hablan mucho. Creo que eso es una tragedia porque es como querer un régimen político sin libertades, identificando una ideología con el Estado. A mí me parece una tragedia. Pero reconozcamos la realidad: esos grupos tienen un peso insólito en nuestro país.

¿Cómo cree que puede contribuirse para lograr una mayor difusión de la realidad cubana?

Actuando y militando sobre eso. Haciendo un poco lo que hace CADAL, distribuyendo material, haciendo conocer las opiniones, transmitiendo con claridad los problemas. Eso creo que no lo hubo en Argentina.

En la reciente Cumbre de Praga por la democracia en Cuba quedó claro que quienes deben tomar la iniciativa en el caso cubano son los países europeos que sufrieron el comunismo y los países de América Latina que sufrieron dictaduras autoritarias. ¿Usted estaría dispuesto a sumarse a este grupo de líderes políticos e intelectuales?

Esa me parece una estrategia muy inteligente y yo no tendría problemas en acompañar a Aylwin y a Havel. Es más, he firmado una carta proponiendo como Premio Nobel a Havel, así que estoy listo para hacerlo.

Usted, que se ha adherido a la carta de los intelectuales argentinos que piden que en las embajadas de los países de América Latina en Cuba se reconozca a los disidentes, ¿qué mensaje le enviaría a los países de la Unión Europea, especialmente España, que tienen la idea de suspender esta iniciativa?

No, creo que es muy vital la defensa y el mantenimiento de esa llama de libertad y sería un enorme error que se le quitara aire y entusiasmo a esa iniciativa.

Últimamente importantes líderes políticos y parlamentarios están apadrinando a presos políticos en Cuba para brindarles reconocimiento y protección. ¿Qué opina de este tipo de acciones solidarias?

Me parece que eso es muy sano y creo que es un mecanismo muy vital para la causa de la libertad.

En su momento, usted se refirió al embargo norteamericano. ¿No le parece curioso que un régimen como el cubano, que es enemigo del libre comercio, se queje de no poder comerciar con quien califica como su enemigo?

La gente no sabe bien cómo es el proceso y la verdad, sea dicha, es que nunca ha sido explicado cuidadosamente ni por las autoridades americanas ni por la disidencia cubana. Creo que debería explicarse claramente que no es verdad que hay un bloqueo. Todo el mundo acá usa la palabra "bloqueo" y eso no es cierto. Y esa enorme confusión no ayuda.

Ahora, la explicación de por qué hay gente que milita activamente para una causa, que es doblegar la libertad, doblegar la autonomía y doblegar la capacidad de los ciudadanos cubanos para expresarse libremente, es una cosa incomprensible para mí. Pero ocurre.

¿Qué mensaje enviaría a las empresas argentinas que tienen negocios dentro de Cuba?

Ahí yo también sería cuidadoso, porque entiendo que las finalidades comerciales de las actividades empresariales son naturales, y no sólo en este caso, sino en todos los países del mundo van a buscar sus negocios. O sea, que en la medida en que lo puedan hacer creo que es mejor que haya vinculaciones con el resto del mundo. Eso contribuye a la causa de la libertad.

¿Usted coincidiría en que al promover desde Argentina la libertad y la apertura democrática en Cuba se fortalecen al mismo tiempo esos valores en nuestro país?

No tengo la menor duda y por eso lo estoy haciendo.

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