www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 3/3
 
Cuentos desde Miami
Se publica en España una antología de la literatura cubana escrita en la 'capital del exilio'. Jorge Ferrer entrevista al antologador, el escritor JUAN ABREU.
 

De ahí pasamos a Lorenzo García Vega con ese cuento tremendo, donde un escritor de Miami arrastra un carrito de supermercado, mientras está tratando de ganar un premio literario en España; ese es otro tipo de marginalidad, una narrada con el estilo elegante y, al mismo tiempo, experimental de Lorenzo.

El cuento de Marcia Morgado que es una mirada feroz a la figura del líder, la manipulación política de Miami, la idea del patriota. En el caso de Marcia, se trata de alguien que llegó a EE UU siendo una niña, se educó allá y sin embargo conecta magníficamente con esa sensibilidad.

Por eso te digo que no es el libro de una generación sino de la sensibilidad del marginal que a mí me interesa. La sensibilidad del que no se adapta, porque no quiere o no puede y su literatura muestra lo opuesto a la mirada, digamos, social. Tienes también la mirada de Armando de Armas, la del marielito que regresa a Cuba, alguien que vivía en la marginalidad en Cuba, en un mundo de drogas, y llega a Miami y sigue siendo un marginal.

Me produjo mucha alegría hacer este juego con la marginalidad urbana, describiendo ese signo de la ciudad feroz que él mismo no entiende y en la que intenta sobrevivir. Hay cuentos fantásticos, como el de María Valero, una mujer que no se conoce como escritora, alguien que jamás ha publicado un texto, una muchacha cubanoamericana, educada en EE UU, que escribe en español pudiendo escribir en inglés, en una defensa del idioma genial, haciendo el reclamo del idioma como patria única.

¿Cómo situarías a estos escritores en el marco más amplio de la literatura cubana?

Hasta donde conozco la literatura que se hace actualmente en Cuba, no creo que se puedan reunir ahora diecisiete escritores de este nivel. Te lo digo con cierta ingenuidad y que conste que me gustaría estar equivocado, porque me encantaría que en la Isla hubiera cuarenta escritores maravillosos y que estuviéramos aquí expectantes a ver lo que producen.

Creo que la literatura está por encima de las cuestiones políticas, por muy enemigo que sea yo de la dictadura. Eso no me impide alegrarme de que surjan allí o existan grandes valores, porque eso tiene que ver con la literatura cubana, mientras que la dictadura de Castro, como todas las dictaduras, es algo que pasará y la gran literatura permanece. Pero insisto, no creo que haya tantos escritores en este momento, en Cuba, del nivel de los que recoge la antología.

Otra cifra de su vocación de resistencia es que no se hayan deslizado hacia la lengua inglesa, como ha ocurrido con tantos escritores llegados a EE UU, desde todos los confines del mundo.

Ese es uno de los encantos del libro, eso demuestra la obstinación que va paralela con el arte de la marginalidad que va con esta gente. Yo mismo estaba en Miami y escribía, y si me preguntas para quién, me costaría hallar una respuesta, es algo que tienes que hacer, algo a lo que te sientes obligado. En mi caso, se trata de un pacto con el idioma, que es el único refugio que uno tiene.

Cuando abandonas Miami parecías haberte decantado por la pintura, pero aquí en Barcelona has relanzado tu carrera literaria con títulos como Garbageland y Orlán Veinticinco, o Gimnasio y Accidente.

En Barcelona el panorama es diferente del de Miami. Hay un montón de editoriales, que publican decenas de miles de libros al año, la mayoría malos. Hay mucha comercialización y necesitas suerte para encontrar un editor que quiera publicarte. Después, el lugar donde publiques no habla mucho de ti, de si tu literatura es buena o es mala. Hay mucha gente que publica en buenas editoriales y son malos escritores y hay muchos buenos escritores que no pueden publicar. Lo que permanece lo decide el tiempo. En cuanto a mí, creo que he tenido suerte.

¿Qué permanece aquí del escritor "que escribe desde Miami" que eras antes?

Sigo siendo un escritor marginal, a pesar de que me han publicado algunas editoriales grandes. He trabajado en esta trilogía "futurista", que es rara tanto en el contexto de la literatura cubana como en el de la literatura en general. Me parece que, mientras más raros sean los libros, mejor para ellos y para el autor.

La trilogía no tiene nada que ver con Accidente, que es un libro formado por historias que tienen que ver con Miami y es una especie de ajuste de cuentas con la experiencia mía en esa ciudad. Por estos días voy a publicar Cinco cervezas, otro libro extraño, que tiene que ver con Barcelona, aunque también con la experiencia cubana. Es un libro bastante crítico con nuestra "identidad nacional". Ahora estoy terminando la tercera parte de la trilogía y comenzando a trabajar en una novela nueva, que se desarrolla íntegramente en Barcelona, y no tiene relación alguna con el tema cubano. Se trata de una nueva vía que toma mi trabajo y ya veremos hacia dónde me conduce.

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