www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
Parte 1/2
 
Carta a María la China (I)
por RAMóN FERNáNDEZ LARREA, Barcelona
 

Cumbanchera, guagüerista y filosófica insular María la China:

Tu recuerdo siempre tendrá en mí una relación estrechísima con los carnavales y el transporte. En los peores momentos de mi vida, incluso en algunos buenos —que llegan a hacerse sospechosos— te veo subiendo a la guagua, toda remolino y resaca, y parto raudo e imparable a jugarle al número de la ruta: el 37, aunque me tira mentalmente por allá por San Bernardino y nunca llegue al paradero de La Víbora. No veas la de escaches que me ha dado la fatal cifra, siendo bruja, gallina prieta y hormiga, en esa trinidad y hermanos que no me sale bien jamás. Nunca he sido bueno en los ménage a tròis.

Prefiero entonces dejar el 37 pleno en tu aseo, asiadez, asidua narredad, que en la charada de tu asiático origen viene siendo solamente bruja, y así te veo, y así me quedo yo, después de ponerle los ahorros al número. Si te llamaras Amanda te recordaría igual, pero con la calle mojada, la sirena pitando y la gente haciendo molote.

Todo viene por mi desorden en matemáticas. Yo, de esa asignatura, sólo recuerdo los senos. Los cosenos me daban siempre igual, y las raíces cuadradas me han horrorizado desde niño. Las ecuaciones son para tipos ecuánimes. Es por eso que tu imagen, más que en la onda del conteo, se me fija mucho más en las corcheas arrimándose a las negritas, aunque tu piel tiraba a tostado canela. Algo argentino había en tu andar que sonaba, chancletas y pulsos, pero remitía, irremisiblemente, a ese amigo mío tan lejano que se llamó Enrique Santos Discépolo, del que me considero discépolo avejentado.

Nada más verte, bajando o subiendo, con el tubo en la mano y aquello abierto eternamente de par en par —y me refiero a la alegre y pintarrajeada boca— sonaban en la güira seca de mi cráneo los compases iniciales de Esta noche me emborracho, que rezan: "Sola, fané, descangayada,/ la vi esta madrugada salir de un cabaret.// Flaca, dos cuartas de cogote,/ una percha en el escote/ bajo la nuez", pero cantado por Rolando Laserie, para hacerlo menos triste, más bacán, guaposo, sandunguero y de "la Calzada más bien enorme de Jesús del Monte". Eras la imagen del tango, aunque entre nosotros jamás hubo amores que te lanzaran a la atorrancia y al tueste.

Mas, ¿hubo queme natural, provocado, o eras así a contrapelo, para que Jorge Mañach se revolviera en su tumba? Algunos te han inventado historias tremebundas. Han buscado telúricos orígenes a los guayabitos que pululaban en tu azotea, instalados como cualquier familia de Contramaetre se apeyunca en la capital, con frescura y sandunga. Otros vieron en tu despelote cierta ausencia de mano de obra en lo vaginal, contribuyendo a que la ruinera achicharrara los cables que organizan el cerebelo. Y los hay que creyeron ver en tu tozuda aspiración a la camisa de fuerza un resultado de las nacionalizaciones y serruchos que el Quimbao Supremo le hizo a las posesiones familiares. Si hay gente que se achicharra con un teorema, un agravio consanguíneo, una pena de amor o una indigestión literaria, cómo no te ibas a fundir cuando le quitaron la próspera Casa de los Tres Kilos a tus parientes.

¿Eran amebas ideológicas? ÀOxiuros que alborotó la feroz lucha de clases? ¿Tenias saginatas rebeladas por la expropiación? Hum, sospecho que Freud no le llegó a ese tipo de desajustes tropicales. Tal vez quizá posiblemente fuera la conjunción de todo eso, sumado a una personalidad que pintaba para el desquicie y el derrame desde su más tiernecidad —palabra que unifica tierna edad, para ahorrar energías—.

No soy pisiquiatra, ni Dios lo haya querido en sus desajustes emocionales, pero he aportado mucho a la ciencia con mis patologías. Así que me atrevo a aventurar ciertas tisis al respecto. Y la fundamental va por el lado de lo nacional, eso que ahora llaman "la esencia" los diabéticos al tema. Después de descubrirlo estoy sereno y sin pastillas. Como dice un amigo: "A dormir tranquilos, que apareció Garganta Profunda".

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