www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
   
 
Exportación de fracasos
Asesores cubanos de la agricultura imparten clases de producción intensiva en tierra venezolana.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

Con amarga sonrisa escuché el discurso del presidente Hugo Chávez en la inauguración de un organopónico. Desde el lunes pasado, crecen hortalizas en un terreno situado entre el Hotel Caracas Hilton, uno de los paseos más bonitos del centro
Hugo Chávez y Fidel Castro
capitalino. Al igual que el central azucarero en construcción, los cultivos urbanos cuentan con asesoría cubana.

En la flamante inauguración, junto al presidente Chávez estaban los orgullosos consejeros cubanos, padres o padrastros de la criatura. Imagínense a los asesores de la agricultura más ineficiente que se conozca —que no es capaz de alimentar a su pueblo— dando clases de producción intensiva en un país donde lo que sobra es tierra. De muy buena calidad, por cierto.

El área inicial ocupa una media hectárea (ha) y la idea es llegar a 1000 ha. De antemano, el proyecto es considerado como un logro de la revolución bolivariana. Fiel a su costumbre, Chávez desestimó el desarrollo alcanzado por la agricultura venezolana hacia finales de los noventa, justo cuando comenzó su gobierno. Ya en 1994, el país contaba con más de 310.000 ha bajo riego, de una superficie cultivada de 3 490.000 ha. Son famosas las grandes plantaciones de café, cacao, caña y tabaco. Gracias a la mecanización se obtienen abundantes cosechas de maíz, sorgo, maní, girasol y algodón. Por otra parte, la ganadería cuenta con 15,8 millones de cabezas de ganado vacuno, 780.000 cabezas de ovino y 110 millones de aves de corral.

Debido a la gran variedad de climas que hay en Venezuela, que van desde la selva amazónica y los llanos fértiles hasta las cumbres nevadas, es posible encontrar los mismos productos todo el año. Mientras que en otros países sólo se ven en épocas o temporadas.

Los campesinos venezolanos, que son el 13% de la población y generan el 5% del Producto Interno Bruto (PIB), sufren penurias que vienen de problemas estructurales. En este país resulta más barato importar muchos productos agrícolas que producirlos. A esto se suma que como nación rica, exportadora de petróleo, el dinero le alcanza para importar casi todo.

Al Gobierno bolivariano nunca le ha preocupado el problema estructural de la agricultura venezolana. Considera que con curas de mercurocromo va a arreglar la alimentación del 80 por ciento de los pobres del país. Parece que no se ha dado cuenta que aquí sobra tierra, pero escasea el estímulo a los productores. No quiere ver que la crisis económica y el hambre es por falta de inversiones de todo tipo, en fin, por falta de trabajo. Con un 20% de desempleados y un 54% de empleo informal (vendiendo cualquier cosa en la calle) no se alimenta a los más de 24 millones de venezolanos.

Oyendo el discurso de Chávez comencé a recordar los numerosos planes agrícolas cubanos. Los hidropónicos y los organopónicos, el cordón de La Habana, el cinturón lechero de Camagüey, los cruces de ganado F1 y F2, las granjas del pueblo, las cooperativas de producción agropecuaria, la brigada Che Guevara de desmonte, que arrasó con los frutales de una punta a otra del país, y no sé cuantas cosas más. Por supuesto, también la triste libreta de racionamiento y las angustias para poner algo en la mesa todos los días.

Un cubano que estaba escuchando el discurso comentó al instante que el final de Chávez estaba cerca. "Yo estaba en Nicaragua cuando comenzaron las locuras de ese tipo, las cooperativas agropecuarias y el central azucarero cubano, entre otras cosas. Imagínate que las libretas de racionamiento de alimentos se quedaron diseñadas y a medio hacer cuando los sandinistas perdieron las elecciones", me dijo.

Definitivamente, al Gobierno cubano no le basta con ir de un fracaso en otro. Es tan especial que hasta es capaz de exportarlos.

EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
La soledad del Comandante
YRE, Caracas
Las medidas previstas
MIGUEL RIVERO, Lisboa
La nueva izquierda brasileña: Pormenores de una incógnita
JORGE H. FONSECA, Sao Paulo
Mordaza a lo Chávez
MIGUEL RIVERO, Lisboa
Ante Ginebra
GILBERTO CALDERóN ROMO, México D. F.
Nombrar las cosas
MIGUEL CABRERA PEñA, Santiago de Chile
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Conflicto Irak
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir