www.cubaencuentro.com Viernes, 16 de mayo de 2003

 
  Parte 1/2
 
Dios los cría, la revolución los junta
Cuanto más se aleja el gobierno bolivariano de los cauces democráticos, más se acerca al totalitarismo cubano.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

Antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, los venezolanos consideraban a Cuba como una triste experiencia en el continente, algo que no los tocaría nunca. Todo cambió cuando la revolución bolivariana comenzó a rendirle culto a Fidel Castro. En la actualidad la Isla desata las más encontradas pasiones. Los chavistas pretenden remar a toda velocidad hacia el mar de la felicidad, mientras que los opositores ansían alejarse del infierno comunista, antes de que sea demasiado tarde.

Santo Domingo
Castro, Chávez.

Cuanto más se aleja el gobierno bolivariano de los cauces democráticos, más se acerca al totalitarismo cubano. Chávez evade de manera constante la celebración de una consulta popular sobre su permanencia en el poder y ha reiterado que quiere gobernar hasta 2021. Para ese entonces habrá logrado acabar con la propiedad privada, y los medios de comunicación sólo repetirán lo que les dicte el Comandante de la revolución. Una historia dolorosa, de sobra conocida por los cubanos.

El compadrazgo entre Chávez y Castro va más allá de los abrazos, los cumpleaños celebrados en familia y los juegos de pelota. En la esfera política al régimen cubano le resulta muy conveniente contar con un alabardero que lo apoye en los foros internacionales. Un aliado incondicional que no se sonroje ante las violaciones a los derechos humanos en la Isla, porque cree que son campañas para desprestigiar a la revolución cubana, y a su hermano Fidel, como le gusta decir a Chávez.

Más allá de lo político, la revolución bolivariana es un negocio redondo para Fidel Castro. El petróleo venezolano es un balón de oxígeno para la agonizante economía de la Isla, que además se beneficia con otros jugosos contratos. El régimen cubano no se sostiene con discursos, hace falta mucho dinero para sostener una estructura de poder totalmente desgastada y corrupta.

La visita del comandante a Venezuela a finales de octubre de 2000 no fue un simple pase de revista al estado de las relaciones entre los dos países. El gobernante vino con el objetivo preciso de firmar un convenio integral de cooperación entre Cuba y Venezuela, que sería sumamente beneficioso para el régimen de la Isla. Hasta el momento, dicho acuerdo le ha permitido a Castro concretar negocios por un valor de 350 millones de dólares. De acuerdo con las autoridades cubanas, las exportaciones hacia el país sudamericano registran un incremento de 1.150 por ciento, con respecto a lo que se vendía antes de la firma del acuerdo.

El gobierno cubano ha exportado médicos, maestros, entrenadores deportivos y técnicos de los ministerios de la agricultura y del azúcar. La cooperación en materia de salud ha generado polémica, porque el chavismo prefiere importar médicos cubanos antes que remediar la grave crisis de la salud pública venezolana. La revolución bolivariana no ha construido un sólo puesto médico, los hospitales se caen a pedazos y el personal de la salud no tiene medios para trabajar. Sin embargo, los más de 250 médicos cubanos que trabajan actualmente aquí cuentan con mejores condiciones de trabajo que sus colegas venezolanos.

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