Todo indica que el presidente venezolano Hugo Chávez muy pronto tendrá su "Ley Mordaza", al más puro estilo cubano. El pasado 3 de abril fue presentado al poder legislativo el denominado "Proyecto de Ley Antiterrorismo".

Miembros de la oposición venezolana escenifican los asesinatos del 11 de abril de 2002.

Como los seguidores de Chávez tienen mayoría en el Parlamento, la nueva ley puede entrar en vigor para fines de mayo, tiempo oportuno para aplicarla antes del eventual referéndum revocatorio, que podría ser convocado en agosto del presente año.

Juan José Mendoza, presidente de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional (todavía Chávez no ha tenido tiempo de agregarle lo de Poder Popular), ya anunció que al proyecto se le dará "trámite de urgencia parlamentaria".

De ser aprobada, la nueva ley ofrece todas las posibilidades de interpretación por parte del poder político, o de jueces que cada vez  están más sometidos a los dictados de Chávez. En la práctica, cualquier protesta de los ciudadanos podrá ser catalogada de acción terrorista.

Wladimiro Mújica, dirigente de la Coordinadora Democrática, dijo el pasado 5 de abril que el proyecto de Ley fue redactado "por el sector más represivo y talibán del Gobierno".

El terrorismo es definido en este engendro como "toda acción que cause alarma, zozobra, temor o perturbación del orden interno con la finalidad de poner en peligro la vida o integridad de las personas, subvertir el orden constitucional, afectar el patrimonio público o las relaciones internacionales".

Además, el proyecto considera que en Venezuela "se observa la incidencia de un tipo especial de terrorismo, movido por poderosos intereses económicos y políticos nacionales e internacionales, insertado en un esquema de terror global en contra de pueblos y naciones".

Es de sobra conocido que ya el mandatario venezolano calificó de "terroristas" a los organizadores del paro nacional y de las manifestaciones que se realizaron desde el 2 de diciembre del pasado año, y que fueron muestras del descontento popular.