www.cubaencuentro.com Lunes, 30 de junio de 2003

 
  Parte 1/2
 
Nada que aprender
Un espejo en el que La Habana no quiere mirarse: Las reformas económicas en China y Vietnam.
por MIGUEL RIVERO, Lisboa
 

Los más importantes dirigentes cubanos han realizado visitas a la República Popular China y Vietnam. Algunos hasta han manifestado públicamente su "asombro" por los logros alcanzados en estos países asiáticos, debido a las reformas económicas adoptadas.

China
Harry Potter en la China consumista. La última entrega de J. K. Rowling desembarca en Beijing.

Pero, al regresar a La Habana, prima la tozudez de mantener a toda costa un sistema económico completamente agotado. En la actualidad, algunas agencias internacionales de noticias informan que, ante las medidas recientemente implementadas por la Unión Europea, de nuevo se habla en La Habana de la "Opción Cero", o sea, el más completo autismo. Y ello cuando el mundo marcha a pasos agigantados hacia la globalización.

A principios de marzo de este año, Fidel Castro realizó su segunda visita oficial a China para entrar en contacto con los nuevos dirigentes del gigante asiático.

Según informó la prensa oficial china en esa ocasión, Castro dijo a Jiang Zemin (quien poco después abandonaría sus cargos como Jefe de Estado y Secretario General del Partido Comunista de China) que Cuba puede aprender de la política de reformas y apertura al exterior que ha convertido a China en una potencia mundial, sin renunciar a los ideales del comunismo. Sintomáticamente, este aspecto fue ignorado por la prensa oficial cubana. Desde noviembre de 1997, cuando estuvo en China durante dos semanas, Raúl Castro había manifestado que las reformas que tienen lugar en la nación asiática podrían servir de referencia a su país. Como es de sobra conocido, todo quedó en palabras.

Los dirigentes cubanos conocen muy bien los éxitos de Beijing, pero vale la pena mencionar algunos de ellos:

—Durante el mandato del Primer Ministro Zhu Rongji (1998-2003) el importante papel de la iniciativa privada fue consagrado en la Constitución y, a pesar de la recesión global, la economía china creció por encima del siete por ciento al año.

—Las inversiones extranjeras continuaron en aumento. El pasado año sobrepasaron los 50.000 millones de dólares.

—Las exportaciones —otro gran motor del crecimiento económico— alcanzaron en 2002 la cifra de 325.578 millones de dólares, lo que significa un 22,3 por ciento más que el año anterior. Desde que en 1978 los dirigente chinos adoptaron la política de "Reforma y Apertura", las exportaciones han crecido 30 veces.

—Después de 15 años de negociaciones, China ingresó en la Organización Mundial del Comercio, abrazando sin remilgos ideológicos los desafíos y oportunidades de la globalización.

Por el contrario, el régimen de  La Habana trata de atrasar los punteros del reloj de la historia. La tozudez y la necedad priman en los derroteros trazados desde el Palacio de la Revolución y, más concretamente, son características que harán tristemente célebre el nombre de Fidel Castro cuando los historiadores escriban acerca de la época actual.

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