La reacción de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), reunidos el pasado lunes en Luxemburgo, no podía ser otra que considerar "inaceptable" el comportamiento de las autoridades cubanas, en alusión a los insultos vertidos recientemente por Fidel Castro contra España e Italia.

Tras la 'marcha combatiente', el éxodo continúa. Solicitantes de visado ante la embajada española en La Habana.

Los jefes de la diplomacia europea aprobaron un texto de conclusiones en el que reafirman su "honda preocupación" por el grave deterioro de la situación de los derechos humanos en el país caribeño.

Si el gobernante cubano pensó que podía presionar o intimidar a los gobiernos europeos con la "marcha combatiente" organizada en La Habana, se ha equivocado nuevamente.

La UE confirmó su intención de "seguir vigilando de cerca la situación del país y en particular la de aquellos de sus ciudadanos que llevan a cabo una oposición política pacífica".

La semana pasada, Castro había advertido que "el deber de Europa es callarse la boca", y la acusó de convertirse en "aliado militar de la super potencia erigida en dueña del mundo".

La reacción del régimen representa un verdadero insulto para todos los gobiernos de los quince Estados que componen la Unión Europea.

Se ha tratado de presentar como que los jefes de los gobiernos de España, José María Aznar, y de Italia, Silvio Berlusconi, pueden manipular a su antojo a los otros Estados miembros de la UE.

El pasado viernes, en Bruselas, el embajador cubano ante la UE, Rodrigo Malmierca, calificó de "lamentable" la crisis y trató de convencer a funcionarios de ese organismo de que la cólera del régimen no es contra todos, sino sólo contra Aznar y Berlusconi.

La crisis se centra "en esos dos señores y gobiernos, porque nosotros sabemos que son los que han impulsado las medidas y las declaraciones de la UE".

¿Será acaso que los gobiernos de París, Berlín y Londres, por sólo mencionar tres de los grandes de la UE, son simples marionetas?

Lo cierto es que las medidas del pasado 5 de junio, adoptadas por la Unión Europea, fueron aprobadas por unanimidad. El consenso es un principio de la organización, que muy pronto contará con 25 Estados.

Uno de los aspectos que más molesta al castrismo es que los disidentes pacíficos sean invitados a las recepciones que realicen en La Habana las embajadas de los países miembros de la UE, con motivo de sus fiestas nacionales.