www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
  Parte 2/2
 
Alfabeto revolucionario
El Gobierno cubano emprendería, en breve, una campaña analfabetizadora en Venezuela.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

Muchos de los críticos del plan alfabetizador señalan que la instrucción vendrá acompañada del adoctrinamiento. Esta posibilidad es la que más preocupa a la sociedad civil. La suspicacia no es gratuita, ya que los programas no sólo comprenden lectura y escritura, sino también enseñanza de la Constitución y del pensamiento político bolivariano; esta última materia no se imparte en el sistema tradicional de enseñanza. Hasta ahora no se han divulgado los materiales que se utilizarán en la campaña, aunque algunos opinan que vendrán desde La Habana, junto con los alfabetizadores.

Los medios de comunicación privados han cuestionado la intervención del régimen de Castro en la campaña. Los libros de lectura de los pioneros cubanos han sido sometidos a análisis en diversos programas, donde se ha criticado su excesiva politización. Han llamado la atención sobre pequeños, pero reveladores detalles. Los niños cubanos para ejercitarse en la lectura y la escritura de la letra F, escriben Fidel y fusil. Mientras, los venezolanos ponen en sus libretas fe y feliz.

Desde hace algunas semanas, un popular programa de la televisora privada Globovisión emite una cuña humorística diaria sobre las enseñanzas de un imaginario alfabetizador cubano, quien, con el conocido acento, intenta que los niños venezolanos repitan consignas revolucionarias. Muchos sintonizan el programa únicamente para ver estos minutos de humor, que los hacen reflexionar en el triste destino de su país si Chávez sigue escuchando a La Habana.

De otro lado, algunos analistas consideran que el plan de adoctrinamiento no debería tomarse demasiado en serio, porque el ropaje ideológico de Chávez es muy ligero. Esta campaña, más que un intento de lavarle el cerebro a los iletrados, sería un gusto que le estaría dando a Castro, al que ya nadie escucha en el mundo.

La campaña en sí misma parece irrealizable. Chávez prometió alfabetizar a más de un millón de personas en apenas tres meses. Es el tercer intento de acabar con los iletrados en los cuatro años de gobierno chavista. El primer proyecto fue lanzado en junio de 2000 con el nombre de Campaña Bolivariana de Alfabetización. A pesar de que el derroche de dinero fue grande, los resultados fueron más que mediocres. Con un presupuesto de más de seis millones dólares se suponía que en seis meses 235.000 personas aprendieran a leer y escribir. El plan fracasó y el Gobierno invirtió casi tres millones de dólares adicionales para alfabetizar tan sólo a 60.000 personas, o sea, el 25 por ciento de lo estimado.

Luego vino el Plan de Alfabetización Nacional, cuyo objetivo era más ambicioso: para 2005 no existirían iletrados en Venezuela. De acuerdo con el programa 400.000 personas serían alfabetizadas en 2003, unas 500.000 en 2004 y más de 600.000 al cierre de 2005. Como es habitual en la revolución bolivariana, el plan nunca se concretó.

Quizás los cubanos tengan mejor suerte con su plan de alfabetización. Si fracasan no importa, de todas maneras Chávez seguirá mandando petróleo a la Isla. Con algo tiene que pagar las largas horas que dedica Fidel Castro a instruirlo sobre cómo aferrarse al poder, sin que el corazón flaquee o la mano tiemble. Favor con favor se paga. Y el viejo Comandante siempre los ha cobrado todos.

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