En el mes de julio el tema de Cuba estará en la agenda de la Unión Europea (UE), a pesar de que el gobernante cubano ha exigido a los europeos que se callen.
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Mucha agua de por medio: Las diplomacias castrista y europea en imagen de archivo. |
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Desde el primero de este mes, será evaluada por expertos la posición común de la UE ante La Habana. Estas evaluaciones pasan después (11 de julio) al Comité Político y de Seguridad, y el 17 del mismo mes el asunto será considerado por los embajadores permanentes de los quince Estados miembros.
La posición común de la UE fue aprobada oficialmente el 2 de diciembre de 1996, en un documento que establece la estrategia política futura hacia el Gobierno cubano, vinculando la cooperación a la apertura democrática, el respeto a los derechos humanos, las libertades políticas y el final del hostigamiento a los disidentes.
Por ello, no resulta nada sorprendente que la Unión Europea haya decidido, el pasado 5 de junio, revisar su posición común sobre Cuba, limitar las visitas gubernamentales de alto nivel de carácter bilateral, reducir la importancia de la participación de los Estados miembros en las manifestaciones culturales e invitar a disidentes cubanos a las ceremonias organizadas en ocasión de las fiestas nacionales.
¿Es que acaso podían pensar en La Habana que la condena en juicios sumarios a 1475 años de cárcel a 75 disidentes pacíficos iba a pasar inadvertida? No ha sido así y por eso hay un torneo en las denominadas "Mesas Redondas Informativas" para, haciendo hincapié en España e Italia, despotricar contra toda la Unión Europea.
Fue la firme y digna postura de la UE la que provocó la ira de Fidel Castro y las marchas combatientes ante las embajadas italiana y española —además de la marea de insultos proferida a sus respectivos Jefes de Gobierno—, países escogidos para tratar de sembrar la discordia entre los quince Estados miembros de esa organización.
En principio, la UE se había comprometido a evaluar una vez al año, y no cada seis meses, su posición sobre Cuba, que periódicamente revisan los Quince desde su adopción en 1996. Es decir, que no tocaba aún evaluar la política de la UE respecto a Cuba hasta finales de 2003.
Este proceso debe culminar el próximo 21 de julio, cuando se realiza en Bruselas el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores.
Todo indica que los Quince deben ratificar las sanciones políticas y diplomáticas aprobadas el pasado 5 de junio y comprometerse a volver a la situación anterior a la revisión de diciembre del año pasado, cuando se produjo un acercamiento bilateral gracias al diálogo político abierto un año antes.
A lo que parece, poco le interesa a La Habana que se mantenga este clima de tensiones con países que son los primeros inversionistas en Cuba, emisores del mayor número de turistas hacia la mayor de las Antillas.
Lo paradójico de este caso, y se trata de algo poco conocido, es que fue Cuba el primer país del desaparecido Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) que el 29 de septiembre de 1988 estableció relaciones diplomáticas con la entonces denominada Comunidad Europea. |