www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
  Parte 1/2
 
La Europa de los 25
República Checa, Polonia y Hungría en la Unión Europea: ¿Se mantiene o no la posición común sobre Cuba?
por MIGUEL RIVERO, Lisboa
 

La incorporación de diez nuevos Estados miembros a la Unión Europea (UE), desde el pasado 1 de mayo, no representa una buena noticia para el régimen de La Habana.

Globos

En la lista de los nuevos países se encuentran, por ejemplo, la República Checa y Polonia, que en años anteriores fueron patrocinadores, en la Comisión de Derechos Humanos, de mociones de condena contra el régimen cubano. Por suerte, ya en los últimos años han sido gobiernos latinoamericanos los que han presentado estas propuestas, a los que no les ha faltado el apoyo de algunos de los nuevos Estados miembros de la UE.

La ampliación europea también ha favorecido a Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Lituania y Estonia. Todos estos países conocieron —en mayor o menor medida— lo que significa un régimen totalitario, por lo que difícilmente profesen simpatías hacia el sistema unipersonal y caudillista del gobernante cubano Fidel Castro.

Sólo Chipre y Malta no proceden de los países que antes fueron parte de las llamadas "democracias populares", o simples apéndices de la ex Unión Soviética. Pero, también estos dos Estados tienen una larga tradición democrática y resulta dudoso que se dejen seducir por los diplomáticos cubanos para intentar, por ejemplo, suavizar la Posición Común que la UE mantiene hacia Cuba desde 1996.

No fue por casualidad que en una mesa redonda informativa, dedicada a la situación en Europa, uno de los participantes declarase que con la ampliación de la UE los norteamericanos colocaban nuevos "peones" en el seno de esa organización.

Las esperanzas del régimen cubano de tratar de influir en la Unión Europea se centran ahora en España. El nuevo jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha recibido todo tipo de guiños desde La Habana. El más directo fue del ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, el pasado 22 de abril: "Esperamos que la jubilación de Aznar pueda ayudar, en el sentido de que era el principal activista de la UE, en la idea de seguir sin cortapisas la política y el dictado norteamericano hacia Cuba".

Poco después de que Pérez Roque lanzase esta declaración, Rodríguez Zapatero declaró al periódico español El Mundo que no era su propósito cambiar de posición, en lo que se refería al "régimen de Fidel Castro" y continuaría la política de promover la democracia en la Isla. Un balde de agua fría.

Analistas de la política española consideran que si bien con Rodríguez Zapatero puede producirse algún cambio de estilo o de matices en la conducción de los asuntos cubanos, no habrá una revisión de la postura de principios hacia La Habana.

Antes de estas declaraciones algo zalameras, dirigidas a Zapatero, Pérez Roque había reconocido que a corto plazo no existen condiciones para un acercamiento entre Cuba y la Unión Europea. "Hoy no existen condiciones para replantearse el tema", dijo entonces el ministro cubano.

En una clara tergiversación de la historia, Pérez Roque señaló que "las relaciones se han deteriorado porque hay países europeos que han optado por mantener relaciones con pequeños grupúsculos pagados por Washington antes que con el gobierno cubano".

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