www.cubaencuentro.com Lunes, 06 de septiembre de 2004

 
  Parte 1/3
 
Otra vez en el punto cero
Las mitades de Venezuela tras el referéndum revocatorio: ¿Menos revolución y mejor oposición?
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

Como una enfermedad incurable, los venezolanos tienen la política metida en los huesos. Bien, o mal, en este país no se habla de otra cosa que de Hugo Chávez. Ni el referéndum revocatorio del pasado 15 de agosto, que ratificó al mandatario en el cargo, logró calmar las pasiones encontradas que desata el líder de la revolución bolivariana. Las dos mitades en que está partida Venezuela, en vez de acercarse, se alejan aún más.

H. Chávez
Chávez en Venezuela: ¿un infierno hasta 2007?

Muchos de los que viven aquí se aferraron a la ilusión de que el referéndum revocatorio presidencial sería la solución a la aguda confrontación política, que divide a Venezuela en dos bandos aparentemente irreconciliables: chavistas y opositores. La consulta popular que ratificaría o revocaría en el cargo al mandatario era vista como un triunfo de la democracia sobre la violencia, que en no pocas oportunidades cobró la vida de venezolanos de una u otra facción política.

Los venezolanos confiaban en que el 15 de agosto marcaría el punto de partida para la reconciliación del país, puesto que se impondría en las urnas la voluntad de la mayoría. Pero contrario a lo que se esperaba, los resultados del revocatorio han puesto sal sobre las heridas abiertas de la sociedad venezolana. La oposición no reconoce la legitimidad del triunfo de Chávez, y éste se niega a dialogar con sus adversarios.

Con el revocatorio presidencial, la coalición opositora, la Coordinadora Democrática, se jugaba el todo por el todo. Era su última oportunidad de salir de Chávez anticipadamente y sin violencia. La oposición estaba tan urgida por llegar al revocatorio, y tan segura de ganarlo, que no protestó las tácticas dilatorias y las argucias legales ejecutadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para favorecer a Chávez. En Venezuela ninguna institución está al margen del conflicto político. De los cinco rectores que componen el CNE, tres se inclinan por el oficialismo, incluido el presidente del órgano electoral. Y los dos restantes simpatizan con la oposición.

En esta consulta electoral no existieron las apuestas seguras. Por primera vez en este país, los sondeos de opinión realizados en la misma fecha y con metodología similar arrojaron resultados totalmente diferentes. Algunas encuestadoras daban como ganador a Chávez y otras a la oposición. Al final, la tendencia que se impuso era que los dos bandos mantenían un equilibrio, por lo que era probable un "empate técnico".

Tribulaciones de un voto

Los venezolanos no van a olvidar fácilmente el 15 de agosto de 2004, cuando un país partido en dos se dispuso a darlo todo con un voto. El NO de la campaña de Chávez y el SÍ de la oposición midieron fuerzas ese largo día. Los partidarios de los dos bandos hicieron extensas colas para votar, algunas de más de un kilómetro. Muchos llegaron a los colegios a las 4 de la mañana y votaron 12 horas después. Gente de todos los estratos reclamó que no se cerraran los colegios a las 4 de la tarde, como estaba normado, porque querían votar. Entrado el 16 de agosto votaron los últimos electores.

Tal manifestación de civismo asombró al ex presidente norteamericano Jimmy Carter, quien fungió como observador del revocatorio presidencial. "El Centro Carter ha participado en más 50 elecciones alrededor del mundo. Esta es la presencia de votantes más grande que he visto hasta ahora", aseguró.

Con el argumento de que el revocatorio fuera la consulta electoral más transparente que se hubiese dado en el país, el CNE decidió sustituir el sencillo voto manual por el automatizado, de mayor complejidad. Para hacer efectivo el voto, el elector debía tocar en la pantalla de la máquina de votación la opción del SÍ o del NO, que se imprimía en una boleta de papel y debía introducirse en una urna.

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