Existen imágenes que ahorran miles de palabras. Una de ellas es la foto que apareció en la edición de Granma Internacional del pasado 23 de noviembre. El presidente de China, Hu Jintao, joven y sonriente, con su mano derecha saludando a los fotógrafos. A su lado, en la silla de ruedas, un anciano Fidel Castro, con rostro adusto, el brazo izquierdo levantado y el puño cerrado, al más puro estilo del saludo bolchevique.

Hu y Castro, en La Habana.

La visita de Hu Jintao a Cuba fue presentada por el régimen de La Habana como un "espaldarazo" al sistema socialista nacional. En realidad, si se analiza la gira del mandatario chino por América Latina, puede verse que fue el gobierno de Castro el que obtuvo muy magros resultados.

En Argentina, Hu Jintao y su comitiva de verdaderos empresarios, al más puro estilo capitalista, firmaron acuerdos que representan inversiones por 19.710 millones de dólares en los próximos años. Uno de los acuerdos es muy interesante: 6.000 millones de dólares, en cinco años, para la construcción de 300.000 viviendas populares, mientras que otros 8.000 millones estarán destinados a la electrificación de varias líneas ferroviarias y la extensión del metro hasta el aeropuerto de Ezeiza.

El país asiático firmó su primer tratado de libre comercio con un país latinoamericano y el escogido fue Chile.

China se comprometió a invertir 2.000 millones de dólares para la explotación minera de cobre. "Chile es el primer productor mundial de cobre y China es el mayor consumidor mundial del mineral", dijo el presidente, Ricardo Lagos.

En Brasil, de un plumazo, Hu Jintao firmó una orden de compra de 10 aviones Embraer por valor de 200 millones de dólares.

Los once acuerdos firmados con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva son sustanciales, porque se tornará realidad "la expectativa de que las inversiones chinas en Brasil superen los 10.000 millones de dólares en los próximos dos años", anunció el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Luiz Fernando Burlan.

Brasil concedió a China el estatus de "economía de mercado", tras 20 horas de negociaciones. Este es un término que identifica a los países que siguen a rajatabla las leyes que regulan los mercados comerciales, de forma transparente, y se empeñan para asegurar la libre competencia y la poca intervención gubernamental.

Pekín se comprometió a facilitar la entrada de carne bovina y de pollo de Brasil, lo que permitiría que las exportaciones de esos dos productos sumen, respectivamente, 600 millones y 200 millones de dólares anuales.

Promesas y acuerdos sin concresión

Ante estas cifras espectaculares anunciadas en los otros tres países latinoamericanos, si se estudian a lupa los 16 acuerdos firmados en La Habana durante la visita de Hu Jintao, se aprecia claramente que el gobierno de Castro recibió algunas limosnas y promesas para inversiones en el sector de producción de níquel, pero que no superan los 500 millones de dólares. Tampoco se fijan los plazos para la construcción de las nuevas plantas para explotar este mineral, necesario para el desarrollo de la industria siderúrgica china.