El Partido de los Trabajadores de Luiz Inácio Lula da Silva (PT) obtuvo una importante victoria en las elecciones municipales del pasado 3 de octubre, pero el hecho de que sea necesaria una segunda vuelta en la ciudad de Sao Paulo y en otras capitales, este domingo 31, muestra que el PT cada vez puede ignorar menos al Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.

Comicios municipales: ¿punto de arrancada para la reelección de Lula?

El gobierno brasileño se debate entre el festejo y la preocupación. Por un lado, el PT afianzó su estructura partidaria en varias importantes capitales del país. Sin embargo, en Sao Paulo, principal "tesoro" electoral de Brasil, la candidata y actual alcaldesa oficialista, Marta Suplicy, estuvo por debajo de las expectativas. Su principal oponente, el socialdemócrata José Serra, le sacó ocho puntos de ventaja, que de todas maneras no le alcanzaron para ganar en la primera vuelta.

Para Emir Sader, sociólogo y analista del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la elección en Sao Paulo —capital del mayor estado electoral de Brasil— "tiene una connotación clasista mucho más clara que en otras localidades, por el carácter brutalmente ofensivo de la acumulación de capital". En su opinión, se pueden encontrar en las realizaciones sociales de Marta Suplicy las políticas que el PT prometió realizar en el ámbito nacional y que no ha hecho hasta ahora.

Estas elecciones municipales son las primeras desde que Lula llegó al poder, en enero de 2003, y su importancia radica en la proyección hacia las presidenciales de 2006. El partido de Lula fue el que más creció en estos comicios: de las 11 capitales que ya eligieron alcalde en el primer turno, el PT consiguió seis, entre ellas la importante Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. También garantizó su participación en segundo turno en otras 23 grandes ciudades.

Sin embargo, la polarización acentuada que quedó configurada entre el PT y el PSDB de Cardoso, principal adversario de Lula, y las dificultades de asegurar Sao Paulo, complican el escenario para el Partido de los Trabajadores y hace peligrar la posibilidad de reelección del actual mandatario en 2006. Con sus 7,7 millones de electores, Sao Paulo es el mayor distrito electoral brasileño. Por eso representa un capítulo aparte y su influencia en la estrategia nacional es decisiva.

Bipartidismo y oposición definida

Con un récord de 16,1 millones de votos, el PT se ubicó como el partido más votado en estas elecciones, pero frente a los 13,5 millones cosechados por el Partido Social Demócrata, que comanda el ex presidente Cardoso, lo que constituye una muestra de la bipolarización partidaria, matizada porque ambas organizaciones políticas han girado hacia el centro. Resulta difícil imaginar que a un político experimentado como Lula se le ocurra ignorar esta realidad que surgió de las urnas.