Diplomacia, cautela, abierto entusiasmo, aparente indiferencia… Aliados y adversarios de Washington han comenzado a mostrar sus posturas ante la reelección de George W. Bush, que este miércoles se convirtió en el mandatario más votado de la historia de Estados Unidos.

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, expresó en un comunicado esperanza en que durante el segundo mandato de Bush, Estados Unidos y el mundo puedan gozar "de una estabilidad política y de una garantía de seguridad colectiva".

"Juntos, Europa y Estados Unidos se enfrentarán a muchos retos cruciales en los años venideros. Como ocurrió en el pasado, nuestra mayor esperanza de éxito radica en una acción común", dijo por su parte Javier Solana, alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea (UE).

Sin embargo, según el diario español El País, detrás de las declaraciones diplomáticas en Bruselas era palpable la frustración.

"Es uno de los peores escenarios que podíamos imaginar, porque Bush gana con un gran mandato popular y casi cuatro millones más de votos que John Kerry que legitiman (las detenciones en) Guantánamo, la invasión de Irak, la política de los ataques preventivos y una visión del mundo que no se corresponde con la de la mayoría de los europeos", dijo una fuente citada por la publicación.

"Hará falta mucho sentido común y mucho temple porque las relaciones van a ser difíciles", agregó en referencia al futuro de las relaciones entre la UE y Washington.

Entre los principales miembros de los Veinticinco, Berlín se limitó a calificar de "importante" que continúe el entendimiento entre los gobiernos.

"Para nosotros es importante que sigamos cooperando en buenos términos con nuestro principal socio y aliado fuera de Europa", dijo el ministro de Exteriores, Joschka Fischer.

Francia, que junto a Alemania encabezó la más fuerte oposición a la invasión de Irak lanzada por Bush, consideró que con la reelección se aleja la posibilidad de que Estados Unidos asuma el multilateralismo y apeló a una Europa más fuerte.

"Los norteamericanos no pueden construir, animar y dirigir el mundo por sí solos", dijo el ministro francés de Exteriores, Michel Barnier. "Nuestro mundo necesita varias potencias; ellos son la primera y Europa está adquiriendo los elementos y la voluntad de ser otra gran potencia", agregó.

En Londres, el principal aliado de Bush en la UE, el primer ministro británico Tony Blair, se comprometió a trabajar con el presidente estadounidense para avanzar en el proceso de paz en Oriente Próximo, consolidar la democracia en Afganistán e instaurarla en Irak.

Desde Madrid, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó su deseo de que con el nuevo mandato de Bush se consiga una cooperación bilateral más "eficaz y constructiva", basada en el respeto "a las ideas y principios de cada uno y a lo que representa cada país".

Zapatero felicitó al presidente estadounidense y destacó "la amplia participación registrada" en las elecciones. "Siempre una buena noticia para el demócrata", dijo.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró la reelección de Bush una victoria de la lucha contra el terrorismo.

"Uno no puede más que alegrarse de que el pueblo norteamericano no se haya dejado asustar y haya adoptado la decisión que considera adecuada", afirmó. "Es mi convicción que el terrorismo internacional se había propuesto el objetivo de impedir la reelección de Bush. El comunicado de Osama bin Laden en la etapa decisiva de la campaña electoral en Estados Unidos es el mejor modo de confirmar esta tesis", añadió.