El quid del asunto
El flamante mandatario confirmó que convocará elecciones anticipadas —no debían celebrarse hasta 2007— para renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo, aunque Rodríguez matizó que su celebración depende de una ley que debe dictar el Congreso. Agregó que su responsabilidad, limitada a un breve mandato de transición, incluirá la petición de convocar a una Asamblea Constituyente y un referéndum para decidir la implantación de un régimen autonómico en el país, como reclaman las regiones.
Asimismo, se adhirió a la demanda nacional de recuperar la propiedad de los hidrocarburos, conforme establece la Constitución. Sin embargo, aseveró que para la petición de nacionalización de los campos de gas y petróleo, planteada por muchos sectores, no tiene "una respuesta inmediata".
Aquí está el quid del asunto: Rodríguez también podría durar poco en el cargo si no asume la propuesta de Morales y de otros sectores radicales que abogan por la nacionalización de los hidrocarburos.
Resulta significativo que todo este movimiento "popular" contra Mesa se haya desatado poco después de que Evo Morales se reuniese en La Habana con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el gobernante cubano Fidel Castro.
Chávez y Castro reconocen a Morales como "un verdadero bolivariano", pero los intereses petrolíferos no son ajenos a los propósitos de forjar la denominada Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).
Las riquezas de los nuevos yacimientos de gas y petróleo de Bolivia, al ser nacionalizados, necesitarían de nuevos técnicos que podrían venir de Venezuela o Irán, mientras Castro se podría frotar las manos de entusiasmo ante la nueva alternativa de enviar médicos, maestros, instructores deportivos y los asesores de la seguridad personal de Morales, recibiendo en pago nuevos millares diarios de barriles de petróleo.
Lo que no le faltarán a Morales son recursos financieros y asesores para ganar las elecciones presidenciales. Su asumido compromiso con el ALBA le otorga todas las credenciales. Ya lo había pronosticado Rebelión desde noviembre de 2003.
Morales ha sabido socavar y esperar por la caída del "frágil gobierno de Mesa" y parece que ha llegado la hora bolivariana. Aunque las encuestas sólo le otorgan un 6,1 por ciento de preferencia si se celebrasen elecciones en este momento, nunca se sabe. |