Todos estos Estados presentan graves niveles de pobreza y/o desigualdad. La mayoría se ven asediados por la corrupción y/o criminalización, por lo que muchos ciudadanos cuestionan su legitimidad. No sorprende, por tanto, que allí donde las fuerzas de seguridad no son muy supervisadas por civiles, las violaciones de los derechos humanos probablemente sean flagrantes, lo que resulta un factor común para todos estos países. Haití, República Dominicana, Venezuela, Paraguay y Ecuador poseen unos servicios públicos altamente deficientes; mientras República Dominicana, Colombia, Guatemala, Honduras y Ecuador se enfrentan a agudas presiones demográficas.
Dos casos, dos excepciones
Aunque no sea perfecto, el índice de Estados fracasados es útil. Define indicadores convincentes y puede aplicarse a través del tiempo con el objetivo de medir el progreso o la involución. En los años setenta, por ejemplo, India (pobreza y corrupción) y Sudáfrica (exclusión racial) eran consideradas un ejemplo excelente de fracaso estatal; ambas, sin embargo, han dado ahora un vuelco a esta situación. Tras una guerra civil brutal, Mozambique posee en la actualidad una tasa alta de crecimiento económico y no sufre ningún conflicto armado interno.
Aspectos en los que más suspende el Estado cubano |
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-Violación extensa de derechos humanos |
-El aparato de seguridad como un "Estado dentro de un Estado" |
-Movimiento masivo de refugiados |
-Surgimiento de élites "faccionadas" |
-Desarrollo económico desigual |
-Criminalización o deslegitimación del Estado |
Fuente: The Fund for Peace |
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Sin embargo, el índice puede resultar engañoso en al menos dos de los casos latinoamericanos: Colombia y Cuba.
El primero, sin duda, se enfrenta a una guerra civil interminable, que explica en gran medida que ocupe la plaza número 14 en un grupo de sesenta países. No obstante, pocas personas pueden refutar el progreso logrado por el presidente Álvaro Uribe o el hecho de que, a pesar de todo, las instituciones democráticas colombianas funcionan razonablemente bien.
En el caso de Cuba, tras la desaparición de Fidel Castro, la Isla podría muy bien bajar en su posición si no se consolida un sucesor o un proceso democrático.
Estados en peligro
En 2004, la mitad de los latinoamericanos prefería la democracia a cualquier otra forma de gobierno. Algo más de un tercio de los guatemaltecos, nicaragüenses y paraguayos apoyaban la democracia, mientras en Paraguay, Ecuador, Argentina, Bolivia y Perú aumentaba la proporción de aquellos que sostenían que a veces era preferible un gobierno autoritario. Los peruanos, paraguayos y ecuatorianos registraban los mayores niveles (80 a 90%) de insatisfacción con la democracia. Todos, excepto Argentina, son Estados vulnerables. Venezuela parece ser la excepción, pues cerca de tres cuartas partes de los ciudadanos encuestados consideraba la democracia como la mejor forma de gobierno y casi la mitad estaba satisfecha de su funcionamiento.
Los Estados en peligro o suspensos en América Latina también sirven para subrayar lo que están haciendo correctamente aquellos que no lo son. Las generalizaciones resultan útiles a la hora de estudiar el bosque. Conocer cada árbol en su particularidad, sin embargo, es un deber. |