www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 1/2
 
Telesur: un monumento al bostezo
No tiene la garra para convertirse en la Al Jazeera latinoamericana, y su peor enemigo puede ser la gente a la que intenta llegar.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

Si Telesur, la nueva televisora patrocinada por Venezuela, Cuba, Argentina y Uruguay, aspira a convertirse en la Al Jazeera latinoamericana deberá dejar de mostrarse como una postal vieja y aburrida, de los años sesenta y setenta, y ajustar su discurso a las realidades de la región. De lo contrario, el control remoto se encargará de borrar tanta mala propaganda.

Telesur
Estudios de Telesur en Caracas.

Desde el pasado 24 de julio, Telesur está al aire en Latinoamérica. Desde su sede en Caracas, el mismo día de su inauguración, dejó claras sus intenciones de luchar "contra el imperialismo en cualquiera de sus manifestaciones". A nadie le quedó dudas, luego de que aparecieran en sucesión interminable las imágenes más conocidas del profeta de la revolución en el continente, el Che Guevara.

No fue fortuito el despliegue de viejas fotos que nutrieron el imaginario revolucionario durante tantos años. Nada queda al azar cuando el inspirador de un proyecto ideológico es el gobernante cubano. "Fue Fidel Castro, por cierto, quien en un congreso de periodistas en La Habana nos propuso desarrollar una CNN latinoamericana, de los pueblos", ha contado el periodista uruguayo Aram Aharonian, director general de Telesur.

Como el comandante cubano es muy persistente convenció a su pupilo Hugo Chávez de financiar su idea. Para el arranque de Telesur, el gobierno venezolano aportó 10 millones de dólares para la compra de equipos y los gastos de operación. Además, puso a disposición de la nueva televisora las instalaciones de Venezolana de Televisión (VTV), el canal del Estado. Todo esto convierte a Venezuela en el socio principal de Telesur, con el 51 por ciento de las acciones del canal.

Los otros tres países que integran la junta directiva de la televisora, se reparten el resto de las acciones. Argentina tiene el 20, Cuba el 19 y Uruguay el 10. Los mal pensados dicen que a Castro le salió gratis la entrada a Telesur.

Haciendo de tripas corazón, Castro y Chávez tuvieron que recurrir a Gustavo Cisneros, un cubano-venezolano a quien detestan a morir, para que la señal de Telesur se viera a través de la compañía Directv. No se sabe cuánto habrá cobrado el multimillonario Cisneros por la colocación del nuevo canal en su plataforma, que ofrece cobertura satelital en toda Latinoamérica. Centavos más, o menos, no importa. Se sabe que Castro no anda con regateos cuando el dinero no es suyo.

De la trinchera de ideas al bostezo

La cobertura continental de la televisora es un arma de doble filo para sus creadores. Si bien logran que la señal de Telesur sea vista en casi toda la región, en Venezuela su recepción es poca, porque la mayoría de la gente no tiene acceso a la televisión por satélite. De no conseguir que el nuevo canal sea visto en señal abierta, Chávez estaría perdiendo una oportunidad preciosa de consolidar su capital político entre sus adeptos.

Por ahora, Telesur transmite de forma experimental, con una programación de unas cuatro horas que se repite durante el día. No será hasta mediados de septiembre cuando el canal comience con una programación regular las 24 horas al aire. Quizás hubiera sido preferible esperar a que todo estuviera a punto para lanzar el ambicioso proyecto.

En estos momentos, quien sintonice Telesur quedará desconcertado. El canal no ofrece información sobre la programación diaria. Nadie sabe lo que están poniendo, ni cuánto dura. El único cartel disponible dice: "Con base en Venezuela, Telesur, la nueva televisión del Sur, nace de una evidente necesidad latinoamericana: contar con un medio que permita, a todos los habitantes de esta vasta región defender sus propios valores".

Según sus directivos, cuando el canal esté en pleno funcionamiento, el 45 por ciento de su contenido será informativo, con producciones propias. Los ejes serán dos noticieros de una hora de duración, que serán trasmitidos al mediodía y en la noche. Habrá espacios de opinión y reportajes realizados por las televisoras locales. El resto de la programación estará ocupada por documentales y películas no hechas en Hollywood.

En estos momentos, quien logre controlar el impulso de oprimir el control remoto frente a la imagen de Telesur, puede tener un atisbo de lo que será este canal. Telesur es como un viaje en la máquina del tiempo, anclada en los años sesenta y setenta. Latinoamérica parece congelada en la época en que mataron al Che Guevara. Aunque a veces la máquina del tiempo da un salto busco y de repente aparece el envejecido rostro de Fidel Castro.

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