El opositor zimbabwense Morgan Tsvangirai, líder del Movimiento para un Cambio Democrático, fue librado el viernes de las acusaciones de traición que, según su partido, eran una maniobra del gobierno para encarcelarlo, informó la AP.

El fallo fue sorpresivo debido a las amplias expectativas que existían de que el presidente Robert Mugabe pudiera imponer su voluntad a un sistema judicial habitualmente criticado por politizado y corrupto.

Pero el juez Paddington Garwe de la Corte Suprema de Harare, declaró inocente a Tsvangirai. Los partidarios del opositor aplaudieron en la sala de audiencias tras anunciarse el veredicto.

Fuera del tribunal, miembros de la oposición gritaban y bailaban para celebrar la decisión judicial, mientras policías antimotines intentaban dispersarlos. Algunos militantes del oficialismo observaban los festejos en silencio.

Tsvangirai, que aún enfrenta otra acusación de traición por presuntamente haber alentado un derrocamiento violento de Mugabe, manifestó al canal de televisión británico BBC que el caso judicial no existía.

"Este fue un juicio político y en consecuencia tenía todas las dimensiones de influencia política, entonces fue algo imprevisible", dijo.

El Estado había acusado a Tsvangirai de conspiración para matar a Mugabe con la ayuda de un consultor político que residía en Canadá, Ari Ben Menashe. Se especulaba que Tsvangirai sería encarcelado.

En una entrevista del miércoles, Tsvangirai había expresado que su destino debía ser resuelto por fuerzas políticas independientes, no por el juez.

Sin embargo, Garwe —que necesitó una hora y 20 minutos para leer el fallo— dijo que el Estado debía demostrar que Tsvangirai pidió a Ben Menashe que lo ayudara en el asesinato de Mugabe.

"Nunca se hizo ese pedido", dijo el magistrado.