La historia reciente de Cuba parece un libro de quejas y sugerencias: está poblada de firmas.
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Sí o sí: Caricatura de referendo por el socialismo irrevocable. |
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La última guerra de las firmas —no la única, desde luego—, comenzó cuando más de 11.000 cubanos autentificaron una solicitud de reforma constitucional, el Proyecto Varela.
La respuesta gubernamental fue convocar a una caricatura de referendo, que otorgó a ocho millones de cubanos el derecho obligatorio a decidir entre el socialismo irrevocable y el socialismo irrevocable.
Tras los deplorables sucesos de Guadalajara, un importante grupo de intelectuales latinoamericanos firmaron una enérgica condena al "mitin de repudio" orquestado contra la presentación de Letras libres, bajo las órdenes de los funcionarios cubanos.
Ya en marzo de 2003 fueron firmadas las detenciones de 79 opositores pacíficos, las abrumadoras condenas dictadas contra 75 y, sin un respiro, el Consejo de Estado asesinó con sus firmas a tres secuestradores de una lancha, fusilados antes que se secara la tinta de las rúbricas.
La oleada de indignación internacional suscitada por esos acontecimientos ha provocado que 163 intelectuales, políticos y artistas de medio mundo, y 218 cubanos, hayan firmado hasta el momento la carta abierta de condena promovida por Encuentro de la cultura cubana. A eso se han sumado otras cartas abiertas y textos de denuncia firmados, en algunos casos, por intelectuales que hasta hoy eran valedores internacionales del Gobierno cubano.
La carta de respuesta no ha tardado. Un selecto ramillete de escritores y artistas residentes en la Isla ha validado con su firma un Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos, donde se justifican los 1500 años de prisión distribuidos generosamente para sancionar delitos de opinión y asociación, y los fusilamientos sumarios, apelando al argumento de que Cuba se "defiende" de una presunta e inminente invasión norteamericana. Una carta donde se tilda a los amigos descarriados punto menos que de imbéciles, dado que sus repulsas a las atroces condenas y fusilamientos nacen "de la distancia, la desinformación y los traumas de experiencias socialistas fallidas".
Según el diccionario de la Real Academia Española, firma es "nombre y apellido, o título, de una persona, que ésta pone con rúbrica al pie de un documento escrito de mano propia o ajena, para darle autenticidad, para expresar que se aprueba su contenido, o para obligarse a lo que en él se dice". De acuerdo con ello, todas las firmas anteriores serían equiparables, pero no es así. |