www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
  Parte 1/3
 
Bush y el bumerán cubano
El exilio de Miami presiona a la Casa Blanca. A 16 meses de las elecciones presidenciales, las relaciones entre Bush y la comunidad cubana registran mínimos históricos.
por IVETTE LEYVA MARTíNEZ, Miami
 

La repatriación de un grupo de 15 cubanos puso fin, al menos públicamente, a la luna de miel de varios sectores del exilio de Miami con el gobierno de George W. Bush.

Jorge M. Santos
Jorge Mas Santos, líder FNCA.

Aunque coincidieron en condenar la acción, la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) y el congresista Lincoln Díaz-Balart, protagonizaron un duelo verbal.

La FNCA esgrimió su poder, advirtiéndole a Bush que la comunidad cubana podría retirarle su apoyo, a poco más de un año de las elecciones presidenciales. Por su parte, José Basulto, líder de Hermanos al Rescate, renunció delante de las cámaras al Partido Republicano, junto a otro veterano piloto de su organización.

La noticia de la repatriación —el 20 de julio— de los 15 cubanos, entre ellos los presuntos secuestradores de una embarcación en Nuevitas, Camagüey, provocó un exabrupto en toda la comunidad cubana, donde todavía está fresco el recuerdo de tres hombres que fueron fusilados de forma sumaria en abril, tras un intento fallido de secuestro.

Pero lo que más enfureció a los exiliados fue constatar que habían tenido lugar negociaciones tras bambalinas entre La Habana y Washington, las cuales mostraron el beneplácito estadounidense con una condena carcelaria para los balseros.

Al recibir a los repatriados, el gobierno cubano dijo que los responsables del secuestro no recibirían penas de "más de 10 años de cárcel", respondiendo a un pedido de Washington.

La frustración con la política del actual gobierno republicano hacia Cuba —irónicamente se trata de la administración con más cubanos en todos los niveles, incluyendo un ministro de Vivienda, Mel Martínez— es palpable.

El 20 de mayo de 2002, Bush viajó a Miami para conmemorar el Centenario de la instauración de la República en Cuba. En esa ocasión prometió más apoyo a la disidencia y fortalecer las trasmisiones de Radio y Televisión Martí. Nada de eso ha sucedido hasta ahora.

Además, una iniciativa para flexibilizar las restricciones a los viajes de estadounidenses a Cuba ha retornado con fuerza a las discusiones en el Congreso, con respaldo de un decisivo sector republicano.

La repatriación de los 15 cubanos destapó la caja de Pandora. Joe García, director ejecutivo de la FNCA y miembro del Partido Demócrata, calificó de "impotentes" a los tres congresistas cubanoamericanos de la Florida, todos republicanos.

"Si uno se vende barato, lo tratan como algo barato", remató. Uno de los aludidos, Lincoln Díaz-Balart lamentó, por su parte, que la FNCA "se haya dedicado a atacarnos, y a propiciar el diálogo con la tiranía", refiriéndose a la intención de esa organización de negociar con miembros del gobierno cubano para provocar la salida de los hermanos Castro del poder.

Pero Díaz-Balart, patrocinador de varias leyes en favor de los inmigrantes latinoamericanos, dio a entrever en entrevista con Encuentro en la Red que se han esfumado las esperanzas de un cambio en la política de "pies secos/pies mojados", mediante la cual son repatriados a la Isla los cubanos interceptados en el mar.

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