www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
  Parte 2/6
 
El infortunio de las consolaciones
Martí y los fusilamientos en Cuba: La genuflexión con que algunos círculos intelectuales de 'izquierda' suelen decorar los desatinos políticos castristas.
por MIGUEL FERNáNDEZ-DíAZ, Miami
 

"4 [de mayo de 1895]. Se va Bryson. Poco después, el consejo de guerra de Masabó. Violó y robó. Rafael preside, y Mariano acusa. Masabó, sombrío, niega: rostro brutal. Su defensor invoca nuestra llegada, y pide merced. A muerte (…) Gómez arenga: 'Este hombre no es nuestro compañero: es un vil gusano' (…) Suenan los tiros, y otro más, y otro de remate. Masabó ha muerto valiente. '¿Cómo me pongo, coronel? ¿De frente o de espalda?'. 'De frente'. En la pelea era bravo".

Cementerio
Familiares de los fusilados recuerdan primer aniversario del hecho.

"8 [de mayo de 1895]… En la mesa, sin rumbo, funge el consejo de guerra de Isidro Tejera, y Onofre y José de la O Rodríguez: los pacíficos dieron parte del terror en que pusieron al vecindario: el capitán Juan Peña y Jiménez (…) oyó el susto de los vecinos, y vio las casas abandonadas, y defineque los tres le negaron las armas, y profirieron amenazas de muerte. El consejo, enderezado de la confusión, los sentencia a muerte [y] lee Ramón Garriga la sentencia y el perdón. Habla Gómez de la necesidad de la honra en las banderas: 'Ese criminal ha manchado nuestra bandera'. Isidro, que venía llorando, pide licencia de hablar: habla gimiendo, y sin idea, de que muere sin culpa (…) Tocan marcha (…) [M]anda Gómez, con el rostro demudado, y empuña su revólver, a pocos pasos del reo. Lo arrodillan (…) A dos varas de él, lo rifles bajos. '¡Apunten!', dice Gómez: '¡Fuego!'. Y cae sobre la yerba, muerto. De los dos perdonados —cuyo perdón aconsejé y obtuve— uno (…) no muestra espanto, sino sudor frío [y el otro está] como si huyese el cuerpo (…) 'El Brujito', el muerto, (…) decían luego, era bandido de antes…".

La lección

El taller consabido puso también de manifiesto "que sólo con una política muy culta basada en el conocimiento de la historia y la cultura universal, sin excepción, podremos defender a Martí". Todo lo contrario sucede cuando se intenta darle al Apóstol vela legitimadora en el entierro de los tres cabecillas del secuestro de la lancha Baraguá, por analogía con los fusilamientos de Masabó y El Brujito.

En cualquier manual puede hallarse la pauta de analogía: si la situación A tiene determinados rasgos esenciales y algunos de ellos caracterizan también a la situación B, es probable que B posea también los otros rasgos esenciales de A, siempre que estos (inferidos para B) guarden estrecha relación con aquellos comunes.

Suardíaz puntualiza que Martí "aprobó" las ejecuciones de Masabó y El Brujito, pero soslaya la explícita mención del Maestro acerca del perdón que "aconsej[ó] y obtuv[o]" para otros dos condenados a muerte. Masabó era "un vil gusano", que violó y robó. El Brujito "era bandido de antes" y debió aventajar mucho a sus compinches Onofre y José de la O, en el "terror en que pusieron al vecindario", para merecer tanto desprecio del generalísimo Máximo Gómez: "Ese criminal ha manchado nuestra bandera".

Sin embargo, los secuestradores Lorenzo Enrique Copello, Bárbaro Leodán Sevilla y Jorge Luis Martínez no "habían deshonrado al ejército" ni "tenían la obligación de ser ejemplos [o] referencias inmaculadas". La analogía suardiazina queda colgando ya sólo "de que las ejecuciones de bandidos son necesarias para que la revolución pueda sobrevivir".

Aunque su finalidad inmediata es la semejanza, el razonamiento por analogía contribuye también a establecer las diferencias. Es lógico que la conversión de soldado del ejército libertador en bandido se conminara bajo pena de muerte durante la guerra de independencia. Mas la supervivencia de la revolución, aquí y ahora, nada tiene que ver con el secuestro incruento de la lanchita de Regla.

Para guardar la apariencia de analogía de proporcionalidad, Suardíaz se abroquela con las mismas justificaciones que Castro hilvanara en su precitada comparecencia. "Todo comenzó desde la llegada a Cuba del señor [James] Cason. El arresto de varias decenas de mercenarios que traicionan a su patria a cambio de privilegios y el dinero que reciben del gobierno de Estados Unidos, y la pena capital a delincuentes comunes que con una pistola y cinco armas blancas secuestraron una embarcación de pasajeros en la Bahía de La Habana, fueron consecuencia de una conspiración urdida por el gobierno de aquel país y la mafia terrorista de Miami. Es tan evidente que cualquiera lo puede comprender".

1. Inicio
2. Se va Bryson...
3. La extraña...
4. De este modo...
5. Agrega la nota...
6. Inutilidad de la pena...
   
 
EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
El affaire mexicano
NéSTOR DíAZ DE VILLEGAS, Los Ángeles
Dos regímenes al desnudo
JESúS SILVA-HERZOG, México D.F.
Cuba... desde México. Entre la nostalgia del pasado y el miedo al futuro
JORGE G. CASTAñEDA, México D.F.
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir