Si algo en común tienen los regímenes de Cuba y Corea del Norte es la militarización de sus sociedades. Aunque se intente argumentar ideológicamente, bajo el manto de "la construcción socialista", en realidad es la paranoia de guerra y la "inminente agresión imperialista" las que identifican a los dirigentes de ambos países.

Raúl Castro señala la Base Naval de Guantánamo.

Recientemente estuvo en La Habana una delegación militar de alto nivel de Corea del Norte. Las declaraciones del jefe de esa misión resultan esclarecedoras:

"Sentimos un gran orgullo de tener a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba como compañeros de armas en la primera trinchera de combate contra el imperialismo norteamericano y por la defensa del socialismo", expresó el vicemariscal Kim Yong Chun, miembro del Comité de Defensa Nacional y jefe del Estado Mayor General del Ejército Popular de la República Popular Democrática de Corea.

Paralelamente a esta visita, el Ministerio de las Fuerzas Armadas de Cuba (MINFAR) trazaba los planes para un enorme despliegue militar que se realizará en la isla caribeña del 13 al 19 de diciembre.

El ministro cubano de Defensa, Raúl Castro, segundo hombre en la jerarquía política de la Isla, afirmó que el ejercicio militar "Bastión 2004" será "gigantesco", ante las "amenazas" de Estados Unidos.

''Nuestras Fuerzas Armadas realizarán un gigantesco ejercicio militar (…) con dos Días Nacionales de la Defensa, en los que participarán millones de cubanos (…) En la primera etapa de cinco días participarán en el ejercicio unos 100.000 miembros de tropas regulares y su reserva", explicó Raúl Castro.

También, en el reciente congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, el ministro de las FAR advirtió que todos los jóvenes de esa organización tendrían que pasar el Servicio Militar Obligatorio (SMO), aunque hayan superado la edad límite que establece la propia ley cubana. Un planteamiento alucinante, ya que en muchos países la tendencia es abolir ese sistema, profesionalizar los ejércitos e incluso reducirlos.

El enemigo invisible

Para cualquier ciudadano del mundo, medianamente bien informado, y hasta incluso para los propios cubanos, resulta muy difícil de creer la justificación de "las amenazas" militares norteamericanas, cuando no se han registrado movimientos de tropas en el país vecino, ni siquiera se ha incrementado la retórica de las declaraciones anticastristas. La administración Bush, a través del propio presidente y de funcionarios diversos, ha reiterado claramente que Estados Unidos no pretende un cambio violento en Cuba, ni contempla la vía militar para democratizar la Isla.

Quizá ante algunas reacciones internas y externas, acerca de la falta de credibilidad de las supuestas amenazas, Raúl Castro ofreció una nueva explicación, publicada el pasado 8 de diciembre en el diario Granma:

"¿Bastión para qué?, se preguntó Raúl, a propósito del Ejercicio Estratégico y a preguntas de la prensa. Para que no cometan los errores que cometieron en Vietnam y los que ahora están cometiendo en Irak, donde se encuentran empantanados. Haremos el Bastión, para que no subestimen a nuestro pueblo que tiene mucha más unidad y por lo tanto más poderío que el propio Irak".

¿Cuánto costará a la economía cubana realizar este ejercicio militar con la participación de millones de personas? Una pregunta que no encontrará respuesta, como tampoco nunca se ha conocido el coste de las aventuras militares en África, o en otras partes del mundo.