www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 2/4
 
¿Bloqueo o embargo?
Rigor lingüístico y responsabilidad política: Algunos gobernantes deberían aprender de nuevo la lengua de Cervantes.
por MANUEL PEREIRA, México D.F.
 

¿Por qué el gobierno cubano rápidamente dejó de hablar de "boicot" sustituyendo esa noción por la de "bloqueo"? Esa elección semántica no fue producto del azar. Se debió a que "boicot" suena mucho más blando que "bloqueo" y La Habana necesitaba (y sigue necesitando más de cuarenta años después) la palabra "bloqueo" para conferirle a su relación con Norteamérica un significado más beligerante.

"Bloqueo" es una voz arqueológica. Pertenece al lenguaje de la Guerra Fría y proviene concretamente de la Crisis de los Cohetes. El 22 de octubre de 1962 Kennedy denunció en un discurso televisado la existencia en Cuba de armas atómicas soviéticas capaces de llegar a Washington, Ciudad de México, Panamá…

Entre las medidas que tomaría su gobierno anunció que la primera sería: "To halt this offensive buildup, a strict quarantine on all offensive military equipment under shipment to Cuba is being initiated. All ships of any kind bound for Cuba from whatever nation or port will, if found to contain cargoes of offensive weapons, be turned back. This quarantine will be extended, if needed, to other types of cargo and carriers. We are not at this time, however, denying the necessities of life as the Soviets attempted to do in their Berlin blockade of 1948".

Por supuesto, este discurso nunca fue retransmitido en la televisión cubana, ni reproducido en la prensa de la Isla, cuyo pueblo jamás se enteró de estas palabras, y creo que sigue sin enterarse…

Sin embargo, ahí apareció por primera vez en nuestra historia la famosa palabra "bloqueo" (blockade). En una maniobra muy suya, Fidel Castro tomó la palabra del discurso de Kennedy y se la devolvió a modo de bumerán. Sin saberlo, el presidente estadounidense le había puesto en bandeja ese subterfugio al referirse al bloqueo soviético a Berlín, que sí fue un bloqueo de verdad.

En todo el discurso esa palabra (blockade) aparece una sola vez, y Kennedy la usa precisamente para poner un ejemplo de lo que no había que hacer con Cuba. En 1948, la URSS bloqueó la ciudad de Berlín Occidental para que no pudiera sobrevivir mucho tiempo sin comestibles, carbón y otros bienes de importación. Todo ello con la esperanza de obligarla a rendirse para que pasara a formar parte de la zona comunista de Alemania.

En respuesta, Estados Unidos y los Aliados establecieron el llamado Luftbrücke (puente aéreo) y al cabo de unos meses Berlín estaba recibiendo unos novecientos vuelos diarios cargados de bienes de consumo. Pronto los líderes soviéticos comprendieron que el bloqueo no surtía efecto, y lo levantaron.

La cuarentena de trece días

Basta ese ejemplo histórico para evidenciar que Cuba nunca ha estado sometida a ningún bloqueo. En cuanto a la "cuarentena" (quarantine) mencionada por Kennedy, concluyó en cuanto el último misil soviético salió de Cuba. No llegó a durar ni siquiera cuarenta días. A lo sumo, unos trece días.

Y no obstante, así principió entre nosotros ese largo vicio consistente en vaciar las palabras de su significado real, tergiversándolas, corrompiéndolas y pervirtiéndolas. Empezó a usarse la palabra bloqueo gratuita y exageradamente, con énfasis victimista. Y el vocablo —pese a su flagrante inexactitud— saltó a la esfera internacional, donde aún sigue instalado, como un cáncer.

De todos los términos empleados en el conflicto de octubre de 1962 (cuarentena naval, boicot, embargo, bloqueo), el gobierno de La Habana escogió astutamente la voz "bloqueo" para convertirla en la herramienta más eficaz de su retórica política.

La resonancia militar, guerrerista y belicosa de la palabra "bloqueo" le viene al gobierno insular como anillo al dedo para justificar la permanencia de una estructura totalitaria, ese poderío absoluto sobre los cubanos que se traduce en movilizaciones militares casi constantes de la población civil, convertida en reserva militar: reclutamiento masivo de jóvenes cada año en los llamados al Servicio Militar Obligatorio, guardias de milicia, entrenamientos de las Milicias de Tropas Territoriales, guardias nocturnas de CDR instalados en cada cuadra, simulacros, maniobras militares, excavación de trincheras y de refugios antiaéreos, etcétera.

Todo ese clima de guerra imaginaria conviene para mantener entretenida a la población, para azuzarla con el espantapájaros del enemigo imperialista, para galvanizarla alrededor de un sentimiento patriótico, para conservar la vigencia del discurso beligerante, sin darle tiempo a nadie a pensar en nada… y así ha sido durante más de cuatro décadas.

1. Inicio
2. ¿Por qué el...¿
3. La militarización...
4. A veces pienso...
   
 
RegresarEnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
La gran noticia de Venezuela
EMILIO ICHIKAWA MORíN, Homestead
El 'martillo' de Miami
ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
El derecho al pataleo
MIGUEL FERNáNDEZ-DíAZ, Miami
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir