Fidel Castro tropieza y cae al suelo tras pronunciar un discurso en Santa Clara.
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Castro cae al suelo tras pronunciar un discurso en Santa Clara. |
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"Les pido perdón por haberme caído", dice el gobernante, de 78 años, que aparece ante la prensa sentado en una silla después la caída.
"Me da pena únicamente el mal rato, el posible sufrimiento que les ocasione con esto", agrega.
La caída le produce múltiples fracturas en una rodilla y una fisura en un brazo. Castro es sometido a una operación de más de tres horas, según él mismo explica en una detallada carta publicada por el diario oficialista Granma.
El gobierno anuncia el fin de la circulación del dólar
El gobierno cubano anuncia que pondrá fin a la circulación del dólar estadounidense en la Isla y que a partir de noviembre impondrá a su cambio un 10% de gravámen.
La Resolución 80/2004 del Banco Central, dice que la medida se debe "las políticas hostiles de Estados Unidos contra sus activos financieros en esa divisa".
El anuncio es realizado en presencia de Fidel Castro durante un programa emitido en cadena por la radio y la televisión oficialistas
La extensa resolución, de 17 artículos y varias "disposiciones transitorias", establece que para las transacciones dentro del país, sólo se aceptarán los denominados "pesos convertibles", sin valor internacional.
"El resto de las divisas que actualmente se canjean en Cuba: euro, dólar canadiense, libra esterlina y franco suizo; se cambiarán por pesos convertibles sin gravamen alguno", dice el texto.
El anuncio desata una afluencia masiva de cubanos a las casas de cambio, bancos y oficinas habilitadas, para canjear los dólares antes de que entre en vigor la imposición del gravamen.
Algunos analistas ven en la medida intenciones recaudatorias que el gobierno niega.
El presidente del Banco Central de Cuba, Francisco Soberón, informa que en menos de una semana más de 700.000 cubanos abrieron cuentas o cambiaron dólares por pesos o pesos cubanos convertibles, pero no ofrece cifras.
La Habana presenta el proceso de "desdolarización" como una nueva victoria de la revolución.
La esposa y la hermana de un disidente realizan una protesta inédita en la Plaza de la Revolución
Un grupo de mujeres acampa en un parque cercano a la Plaza de la Revolución para exigir la liberación del disidente Ángel Moya, condenado a 20 años de prisión, y cuyo estado de salud consideran "preocupante".
La esposa de Moya, Berta Soler, entrega en la sede del Consejo de Estado una carta dirigida a Fidel Castro para pedir la libertad del preso político y su traslado a un hospital civil donde pueda ser intervenido de una hernia discal.
"Él ya no puede caminar, vive tirado en un camastro en la cárcel", dice la mujer a la prensa.
Soler y la hermana del disidente preso, Lídice Moya, permanecen durante unas 40 horas en el parque, en espera de respuesta. Hasta allí se desplazan miembros de organizaciones de la disidencia, madres y esposas de presos políticos que se turnan para acompañarlas.
En la madrugada del segundo día, la policía aprovecha la ausencia de la prensa extranjera para desmantelar la protesta. |