www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
  Parte 2/2
 
La pandemia de Ginebra
La Habana tiene probabilidades numéricas de escapar a una condena en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne esta semana.
por MICHEL SUáREZ, Valencia
 

La propia organización mundial se ha referido con preocupación, más de una vez, a Argelia —otro de los favorables a Castro en la Comisión ginebrina—, por la "falta de respeto que muestran las autoridades por los derechos más fundamentales de sus ciudadanos". Dicho país ha sido advertido por la impunidad de que disfrutan las fuerzas policiales para reprimir abiertamente y disparar contra manifestantes, además de tolerar los crecientes homicidios de los grupos paramilitares. La llamada Ley de Concordia Civil dejó exentos de responsabilidad penal a miles de miembros de grupos armados ilegales.

En Pakistán, a pesar de estar prohibida la esclavitud, es práctica común el matrimonio forzado de niñas o la comercialización de mujeres para saldar deudas o conflictos. En el caso de Togo, las fuerzas de seguridad son responsables de una larga lista de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y detenciones arbitrarias, denunciadas desde 1986 por Amnistía Internacional, en cinco informes que relatan el clima militarizado de la sociedad togolesa. Hasta la multirracial y "renovada" Sudáfrica, siempre fiel a las actitudes de La Habana, no escapa a las violaciones. El fin del apartheid no significó su conversión en un reino de hadas, y cada año se reportan centenares de muertes ocurridas bajo custodia policial, sin que el Gobierno concluya las averiguaciones correspondientes.

A los casos anteriormente señalados, habrá que sumar los votos proclives a Castro —casi seguros— de China, Rusia, Bahrein, Malasia, Siria, India, Arabia Saudita, Venezuela y Vietnam. En duda están las actuaciones de Armenia, Kenya, Senegal, Tailandia y Ucrania, pero sobre todo de Brasil. Todos, excepto Ucrania —que se reincorpora este año—, se abstuvieron la vez anterior. Definitivamente, el voto sobre Cuba en Ginebra será el bautismo de fuego de la política exterior de Lula, e incluso una abstención tendría connotaciones políticas extremas.

En contraposición al maniqueísmo cubano —cuyo Gobierno aduce que las inspecciones de la CDH equivaldrían a una injerencia extranjera en los asuntos nacionales—, el estado de algunos países latinoamericanos, quienes a pesar del caos económico en que están sumidos no han abandonado la idea de crecerse en el respeto a los derechos civiles después de las dictaduras militares, las desapariciones y el horror, es contrastante. Argentina, Brasil, Costa Rica, Guatemala, México y Perú (países a los que se le ha hecho algún tipo de señalamiento) cursaron invitaciones permanentes en 2002 a representantes de organismos de vigilancia de los derechos humanos de la ONU. Mientras tanto El Salvador o Uruguay, otrora escenarios por excelencia de la crispación, ya no figuran en los informes sobre esta clase de irregularidades.

Emitir un pronóstico sobre la votación del período 59 de sesiones de Ginebra es demasiado arriesgado, sobre todo ante el reducido margen dejado por las estadísticas en años anteriores. Previsiblemente, una o dos naciones volverán a decidir el resultado, tan reñido como de costumbre. Vergüenza: cada día es más difícil reprobar a un país violador en la CDH. No se descarta que esta vez el Gobierno de Fidel Castro se libre de la condena. Cosas de la ONU.

Referencias
La Habana no recibirá a la representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos
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