www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
   
 
Verano negro
La escalada represiva de marzo y abril pasados continúa, aun cuando la policía política recurre a otros procedimientos.
por IRIA GONZáLEZ-RODILES, La Habana
 

No se ha detenido. La escalada represiva que estalló en Cuba contra la disidencia interna, durante marzo y abril pasados, continúa. Ahora son otros los métodos de coacción.

Marta Beatriz
Martha Beatriz Roque, actualmente hacinada en una celda de 'Manto Negro'. La salud de la economista se agrava cada día que pasa.

Los allanamientos y arrestos se sustituyen por citaciones e interrogatorios. Los juicios y desmesuradas condenas, por la intimidación y la amenaza. La policía política compele al abandono de la disensión o del país. A guardar silencio o ir a la prisión chiquita —la de muros, rejas y celdas sombrías y malolientes— durante una monumentalidad de años.

Ampara el infame procedimiento una ley que disfraza de "independencia y soberanía" al poder autócrata y omnímodo de la Isla.

Pero en la práctica, aquí nadie escoge si se va del país o si se encierra en la cárcel. Esas decisiones sólo competen a las autoridades de la Isla: todos estamos en sus manos. La única decisión propia consiste en callar o no, escribir o no, cruzarse de brazos o no. Y ahí nos va la dignidad o el castigo.

Así se vive: a la espera, con la perenne incertidumbre de lo que sucederá. En cualquier momento pueden reactivarse las mefistofélicas represalias de la bien llamada "primavera negra" —recién pasada—, y la consiguiente pesadilla en los hogares y las vidas de quienes disienten.

Nada ha concluido, aunque decenas de periodistas, opositores y activistas de derechos humanos hayan sido encarcelados con sentencias que, prácticamente, equivalen a la cadena perpetua o a la muerte lenta, como sucede con Martha Beatriz Roque, Oscar Espinosa Chepe y Oscar Elías Biscet, según testimonian sus familiares.

Quizá todos no estemos encerrados porque somos miles, como lo demuestran las firmas del Proyecto Varela —por ejemplo—, sin contar los otros miles que no firmaron por sustentar distintos criterios de disensión. De todas formas, el Gobierno puede acondicionar instalaciones —tan paupérrimas como aquellas en las que se encuentran los ya condenados— y aumentar la población penal política, aunque resulte otro tremendo escándalo internacional.

Por lo pronto, "andamos sueltos" por la prisión grande. Entre calles, edificaciones, ambientes y ciudadanos semiderruidos, aunque los mandamás retoquen y maquillen a la nación y a la gente, intentando engañar al distante, al desentendido o al que no quiere ver más allá de sus narices.

Las señales que la realidad envía indican que el circuito cerrado se reduce cada vez más. Hasta hacer irrespirable, asfixiante, la tensa atmósfera veraniega.

Vivimos un "verano negro" que vaticina la prolongación de la oscuridad para el otoño y el invierno próximos.

La orden está dada: Debemos ser extinguidos.

EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Resumen ecológico: Abril-Mayo-Junio 2003
EUDEL CEPERO, Miami
La gran hipoteca
MICHEL SUáREZ, Valencia
Ni olímpicos, ni invadidos
ALCIBíADES HIDALGO, Washington
Editoriales
Sociedad
Represión en Cuba
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir