www.cubaencuentro.com Jueves, 13 de noviembre de 2003

 
  Parte 1/3
 
La esposa, la presa, la madre y el olvido
Mujeres contra la indolencia: ¿Se puede preguntar cuántos rounds tiene la pelea cubana contra los actuales demonios?
por ILEANA FUENTES, Miami
 

El pasado 24 de octubre una cubana de 36 años fue ingresada en el Hospital Psiquiátrico de La Habana con una crisis depresiva aguda. La enferma no es una "Juana de barrio" cualquiera: es Kirenia Guerra Lugo, la esposa de Nelson Molinet, un preso político cubano a quien le han echado aún más años sobre su sentencia de 20, dentro del mismo penal. Están acabando con su marido. Han acabado con su familia. Quieren acabar con su hijita de 5 años de edad, y están logrando acabar con ella. Molinet se pudre en Kilo 8, en Pinar del Río, y ahora a Kirenia se la han llevado a Mazorra.

Madres y esposas
Madres y esposas, iglesia de Santa Rita.

"Yo no sé cómo está Oscar", afirmaba recientemente Miriam Leyva, su esposa. A Leyva no le dejan ver a Espinosa Chepe desde finales de agosto, ni tiene noticias de él. Así se tortura a la esposa de un opositor condenado a 20 años en la reciente redada, un hombre enfermísimo que tuvo que ser trasladado desde la prisión Chafarina, en Guantánamo, al Hospital Carlos J. Finlay en La Habana, dada la gravedad de su cirrosis hepática.

La última vez que Miriam vio a Oscar —luego de 51 días sin acceso a él—, fue por una ínfima hora en ese mismo hospital, en una celda sin ventilación, cuyo baño carece de luz y agua. Le comunicaron, además, que a partir de una fecha aún no señalada, las visitas serían sólo una al mes.

Elsa Morejón mantiene viva la presencia y los ideales de su marido preso, y tuvo que celebrarle por carta su último cumpleaños este julio que pasó. "Hace muchos meses no nos permiten abrazarte y hablarte pero hoy no podrán evitar que llegue a ti el abrazo y el beso espiritual que te envían tus padres, esposa, hijos, familiares y amigos… o que otra golondrina penetre en tu celda y desde el corazón de las tinieblas te cante una melodía que seguro despertará tu corazón y lo llenará de gozo". Oscar Elías Biscet cumple una condena de 20 años en la prisión Kilo Cinco y Medio, en Pinar del Río; es la tercera vez que habita el presidio político. Elsa Morejón cumple igualmente una sentencia, pero en la calle, a 200 kilómetros de su marido, luchando por su libertad y acosada por los oficiales de la Seguridad.

Blanca Reyes nunca quiso ser política. El opositor era Raúl, laureado poeta que un día también llegó "hasta aquí" y decidió fundar una de las primeras agencias de prensa independiente de Cuba. Raúl Rivero y Cuba Press: entes inseparables. Hoy Blanca es portavoz de todo un movimiento, por su marido preso y por el resto de los opositores encarcelados. Para ver a Raúl, Blanca Reyes, que tiene más de cincuenta años, tiene que viajar 423 kilómetros desde La Habana hasta la provincia de Ciego de Ávila, donde se consume su marido, el periodista disidente.

Cuida además de su anciana suegra; se cuida de la Seguridad; y descuida su propia salud para no desviar ni un centavo, ni un segundo de la cruzada que ha emprendido. Y porque la injusticia es ley en su país, a Blanca Reyes se le niega el derecho de abrazar tanto a su hijo Miguelito, que reside fuera de la Isla, como a su marido, que reside en Canaleta, cortesía de la represión del régimen.

Yamilé Llánes Labrada, esposa del cirujano y periodista independiente José Luis García Paneque, sólo puede ver a su esposo una vez cada tres meses. En la prisión provincial de Santa Clara, a 395 kilómetros de su familia, García Paneque cumple una sentencia de 24 años impuesta el pasado abril. Yamilé es una madre que tiene que lidiar con cuatro niños que quieren ver a su papá y no pueden. Tiene que lidiar con su propia desesperación y soledad, y guardar una semblanza de normalidad a sabiendas de que su compañero está seriamente desnutrido, que padece de claustrofobia y que se da cabezazos contra las paredes de su celda, y llora porque extraña a sus seres más queridos. Yamilé sabe, además, que las autoridades del penal le administran psicofármacos a su marido. Sabe que se lo están aniquilando. Sabe que el padre de sus hijos saldrá de prisión un guiñapo humano.

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