www.cubaencuentro.com Martes, 24 de febrero de 2004

 
  Parte 1/2
 
Cárceles y derechos
Visitas periódicas y libertad de expresión e información: El 'ensañamiento' a que están sometidos los cinco espías cubanos en las prisiones norteamericanas.
por MIGUEL RIVERO, Lisboa
 

Suena el teléfono y se escucha una grabación: "Si conoce la extensión con la cual desea comunicarse, marque el número. Si desea información sobre un detenido marque el cero…".

Una voz de una guardiana (warden, en inglés) atiende la llamada en la prisión federal de Beaumont, donde se encuentra detenido el "héroe" Ramón Labañino Salazar:

Espías
Cinco espías: Detenidos, pero con derechos.

- Yo deseo hablar por teléfono con el preso cubano Labañino, que creo allí está registrado con el nombre de Luis Medina…

- Bueno, los presos no pueden recibir llamadas, pero si usted le escribe y le manda su número de teléfono, entonces él puede llamarle.

- OK. Dígame, ¿cómo puedo hacer para visitarle?

- ¿Tiene algún grado de parentesco con el preso (inmate, le dicen los norteamericanos).

- No, señora, soy simplemente un amigo.

- Ah, bueno, en ese caso puede visitarle, pero tiene que aparecer en la lista de amigos del preso, o sea, que él desee recibirle.

- ¿Quiere decir que si él pone mi nombre en esa lista puedo hacerle una visita?

- Primero hacemos algunas comprobaciones, pero tiene derecho a visitarle.

Otra llamada telefónica a la cárcel de Florence, donde se encuentra detenido el "héroe" cubano Antonio Guerrero. Es domingo. El oficial que responde tiene voz de pocos amigos, como si le faltara tiempo, y ante varias preguntas acerca de las condiciones en esa prisión, responde de forma cortante:

- Mire, para lo que usted desea saber es mejor que llame al 202-3073126, no tengo tiempo para responder a todas esas preguntas…

Parecía que las indagaciones serían casi imposibles. En la lista que ofrece el sitio web que anuncia el diario Granma no aparece el número telefónico de la cárcel de South Carolina, donde está René González. Para colmo, el teléfono de la prisión de Oxford, donde se encuentra recluido Fernando González, es un número equivocado.

Quedaba el recurso de comunicar con el teléfono sugerido por el warden de la cárcel de Florence. Fue la verdadera solución, pues entramos en contacto con el Bureau of Prisons (BOP), o sea, el organismo que controla y traza los reglamentos para todas las cárceles federales de Estados Unidos. Como los "héroes" están en cinco prisiones diferentes, fue la mejor solución.

Sigue un breve resumen de las informaciones recibidas acerca de las condiciones en que se encuentran los detenidos cubanos en las "entrañas del monstruo":

Por ley, un preso tiene derecho a recibir visitas por lo menos durante cuatro horas cada mes. (Granma reconoce el derecho a las visitas mensuales el 8 de enero, en una información sobre una Mesa Redonda y bajo el título Denuncian ensañamiento contra los cinco y sus familiares).

Generalmente, las visitas son los sábados, domingos y días festivos (fue cuando pude comprender por qué el warden de Florence estaba tan atareado aquel domingo). No obstante, las direcciones de cada presidio tienen facultad para autorizar visitas en días de trabajo.

La lista de los familiares que pueden visitar a los detenidos llega hasta los tíos y primos. Se recomienda que la lista de amigos con derecho a realizar visitas no sea superior a 10. Evidentemente, los "héroes" reciben visitas de amigos. El Granma del 15 de enero de este año se refiere a las visitas que realiza a uno de ellos Stephen Paulmier, miembro del Comité Liberen a los Cinco, en Filadelfia.

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