www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
  Parte 1/3
 
Sin patria pero, ¿con amo?
Emigrantes, desterrados, exiliados y opositores: La excepcionalidad de la política migratoria cubana.
por JUAN ANTONIO BLANCO, Ottawa
 

Por lo general, la población cubana, desde el trabajador corriente hasta el académico, le otorga un uso confuso e inexacto —confusión alentada por el gobierno de la Isla— a términos como exilio, diáspora, comunidad cubana en el exterior y otros relacionados.

Recibimiento
Cubanoamericano de visita en la Isla: ¿Emigrado, desterrado o exiliado?

Muchos aceptan que hay una "diáspora" o "comunidad cubana asentada en el exterior", sin percatarse de que esa masa de personas se aproxima más a la figura del desterrado, que a la del emigrado de otros países. Al "exilio", por otra parte, se le identifica con los grupos de cubanos involucrados en actividades (pacíficas o violentas) contra el gobierno de la Isla, incluidos aquellos que, ejerciendo su libertad de expresión desde una nación extranjera, se limitan a hacer declaraciones públicas consideradas inconvenientes por el poder cubano.

Al aceptar acrítricamente estas definiciones, las personas corrientes suelen identificar a sus familiares como "emigrados" y les piden a menudo que no se metan en política, porque si actúan como "exiliados" (siempre según su errada definición del término) perderían la posibilidad de verlos en Cuba, o de que ellos puedan viajar a visitarlos en el exterior —y, eventualmente, quedarse fuera. Muchos creen también que el exiliado es solamente aquel que pide asilo político, por lo que no consideran como tales a quienes escapan de Cuba en balsa, o buscan otros modos de lograr salir y quedarse en el exterior.

Lo cierto es que la oficialmente llamada "comunidad cubana radicada en el exterior" está integrada, en realidad, por virtuales desterrados, en lugar de simples emigrados económicos. Tampoco es cierto que el término exiliado esté necesariamente vinculado (como muchos suponen) a la condición de asilado, y su definición exacta es aplicable a todo aquel que decide —generalmente, por razones políticas— que no le es posible convivir con la situación de su país, por lo cual optan por radicarse en otra parte, bien por la vía de solicitar asilo político o de la emigración.

Si partimos de esa manera de definir el concepto, vemos que, tanto en el caso cubano como en cualquier otro, hay exiliados (algunos por vía de asilo y otros no) que actúan como miembros activos de la oposición al gobierno de su país desde el exterior y otros que, una vez en el extranjero, se dedican a su vida privada exclusivamente.

La diáspora, por otra parte, es un concepto útil si el dato que se desea reflejar es, exclusivamente, el grado de dispersión en todo el mundo de la población cubana. Pero su uso oficial por el gobierno de la Isla obedece a la finalidad de emplear un concepto neutro, no asociado con las causas por las cuales esas personas se vieron en la necesidad de abandonar su país, ni con las circunstancias en que lo hicieron, ni con las condiciones que se les imponen para poder acceder físicamente a su patria.

Podría decirse entonces que si se usaran adecuadamente esos términos, veríamos que  existe una diáspora cubana integrada por verdaderos desterrados, muchos de los cuales son exiliados —algunos de ellos por vía del asilo o refugio político y otros no. De esa masa de cubanos, asentada en el exterior por diversas vías y motivos, es apenas una activa y visible minoría la que realmente actúa de manera organizada como oposición cubana (violenta o pacífica) desde el exterior.

Remesas, 'solidaridad' y servicios de inteligencia

Es sobre ese exilio político activo, denominado por la propaganda oficial como "la mafia de Miami", que el gobierno cubano concentra todas sus baterías políticas y de inteligencia. Se trata, sin embargo, de un conjunto muy diverso y plural —hasta contradictorio— de personas y organizaciones con diferentes visiones de lo que creen debería ser la Cuba del futuro, aunque todos coincidan en la necesidad imperiosa de detener los abusos y violaciones de derechos humanos y democratizar el país.

El resto es un vasto conglomerado de personas de quienes se sirve el poder cubano para obtener la principal fuente de ingreso de divisas a la Isla (las remesas familiares) y para reclutar, ocasionalmente, agentes que ayuden a sus campañas de "solidaridad" y/o informen sobre las actividades de los exiliados políticamente activos en tareas de oposición.

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