La esposa de Palacios expresó haber consultado al médico que lo atiende, el doctor Rosendo, quien le manifestó "que era grave la situación de continuar sin tomar los medicamentos por lo fácil que pudiera venir una complicación y que sería grave por el estado de su sistema circulatorio, (por lo que) era posible apareciera un trombo".

Palacios tiene 62 años de edad y era director del ilegal Centro de Estudios Sociales al momento de ser encarcelado en marzo de 2003.

El acoso constante

Reporteros Sin Fronteras se ha hecho eco de otros casos no menos importantes en los que está en juego la salud y la integridad física de los detenidos. Según la organización internacional, el 24 de agosto de 2004, Nancy Alfaya anunció que su marido, Jorge Olivera Castillo, había sido trasladado del hospital de Guantánamo a la enfermería de la cárcel de Aguica (provincia de Matanzas), que no dispone de médico, ni de medicinas. Está previsto que el periodista ingrese en el hospital de Colón que, según ella, tiene muy mala reputación. Su esposo tiene graves problemas gástricos y de la vista.

El 19 de agosto, la hermana de Fabio Prieto Llorente anunció que el periodista encarcelado se encontraba en huelga de hambre desde hacía ocho días, como protesta por su traslado junto a presos comunes, quienes frecuentemente son manipulados por las autoridades carcelarias que les exigen acosar a los presos políticos, a cambio de favores.

El 13 de agosto, en la visita trimestral, a los familiares de Omar Moisés Ruiz Hernández no les dejaron entregarle ni medicinas, ni cartas, ni revistas. Consideran que el periodista no recibe el tratamiento que necesita para su hipertensión arterial. El mismo día, se supo que Normando Hernández González no pudo recibir la visita de su esposa. Las autoridades de la cárcel decidieron, sin dar explicaciones, que las visitas estaban suspendidas hasta nueva orden.

El 11 de agosto, Juan Carlos Herrera Acosta puso fin a la huelga de hambre iniciada el 26 de julio, para protestar por sus condiciones de detención. El mismo día le trasladaron de la cárcel Kilo 7 a Kilo 8, en Camagüey. Según su madre, los guardianes le pegan desde que llegó al nuevo centro de detención.

A principios de agosto, la esposa de Alfredo Felipe Fuentes contó que éste ha perdido 10 kilos, y que ella está muy preocupada por la mala alimentación, el aislamiento y el estado de la celda en que se encuentra su esposo. El periodista sólo está autorizado a salir una hora al día. Padece hipertensión arterial y sacrolumbalgia.

Con 26 periodistas encarcelados, Cuba es la segunda mayor cárcel del mundo para la profesión, detrás de China (27). En marzo de 2003, 29 de ellos fueron detenidos al mismo tiempo que medio centenar de disidentes, y recibieron condenas que van de 14 a 27 años de cárcel.