Fue una lucha de poder a poder. Según el viejo santero Marcelino Negrín, de 67 años, las oraciones y súplicas a la Virgen de la Caridad, la Patrona de Cuba, salvaron a los cubanos de un desastre mayúsculo.
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Pinar del Río: Imágenes del desastre. |
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Ya en la medianoche del 7 de septiembre, más de 40 personas que participaban en la víspera del día de la patrona y que atestaban el hogar de Marcelino, hicieron un silencio sepulcral y oraron para que el huracán Iván cambiara de rumbo. "Oyeron nuestras súplicas", apunta Marcelino.
Puede que haya sido la Virgen, quizás fue la suerte. Pero lo cierto es que de forma inexplicable el sexto ciclón más grande de todos los tiempos cambió de rumbo y sólo afectó la zona del Cabo de San Antonio, en la provincia de Pinar del Río, a casi 300 kilómetros de La Habana.
Blanca Reyes, 55 años, esposa del poeta y periodista Raúl Rivero, condenado a 20 años de prisión por el gobierno de Castro, también celebró una misa en la noche del 7 de septiembre en su apartamento de Centro Habana para agasajar a la Virgen de la Caridad. Varias esposas, madres y hermanas de los opositores y periodistas presos oraron por la suerte de los suyos y porque el huracán Iván se alejara lo más posible de la Isla. No era para menos.
Ya desde el mismo día 7, las autoridades habían puesto al país en tensión al decretar la alerta informativa. Iván no era un huracán cualquiera. Tenía categoría 5, con vientos sostenidos de más de 260 kilómetros por hora y lluvias macondianas.
En su paso por el Caribe, "El Terrible" ha cobrado más de 60 vidas. El temor en la Isla no era por la integridad física de las personas. No. Era por los daños materiales a sus bienes y al día después del ciclón, donde se agolpan una serie de problemas como la falta de agua, luz y gas, que, junto a las perennes cazuelas vacías y carteras con poco dinero, llevan al cubano de a pie al borde de la desesperación.
La orfandad material
Justo un mes antes, el 13 de agosto, un ciclón con menos categoría, el Charley, azotó las provincias de La Habana y Ciudad de la Habana y las afectaciones fueron severas. Hubo pérdidas de más de mil millones de dólares, y la falta de luz eléctrica se extendió por 14 días. |