www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
   
 
Golpes de la memoria
A once años de los disturbios del 5 de agosto en el Malecón habanero, siguen vigentes los reclamos del grupo de cubanos que se lanzó a las calles contra el gobierno por la falta de libertades.
por JAIRO RíOS, La Habana
 

No hay cosa que duela más a los regímenes totalitarios que los golpes de la memoria. Cuando piensan que todo está enterrado, ahí sale a flote la vergüenza y el dolor por tantas muertes que han quedado impunes, como una fuerza impulsora que resurge y es capaz de mover montañas.

Balseros
Agosto de 1994: cubanos se lanzan en balsa al mar, rumbo a Estados Unidos.

Cada 5 de agosto el régimen cubano sufre la epilepsia del temeroso. Ese día se recuerda la audacia y valentía de un grupo de cubanos que se lanzaron a las calles. Comenzaron cerca del Malecón, frente al Hotel Deauville, y cubrieron con su furia las zonas aledañas al Parque Central y las inmediaciones del Paseo del Prado. De sobra son conocidos los pormenores, la decisión del gobierno cubano de aplastar la manifestación con las denominadas Brigadas de Respuesta Rápida, con pulóveres del Contingente Blas Roca Calderío, artilugio con el que enmascararon la acción policial utilizando cientos de efectivos.

Lo que vino después fue el show, captado por las televisoras extranjeras radicadas en Cuba. El papelazo de Fidel Castro saliendo a la calle cuando la desorganización había hecho mella en la muchedumbre, y después la persecución, los acuerdos migratorios, la decisión norteamericana, el encarcelamiento de los principales implicados, la fuga de miles de cubanos en balsa, la base Naval de Guantánamo como base operativa para el traslado a Estados Unidos, después la "normalidad", la lección. Siempre hay una lección.

Ahora está por cumplirse el aniversario once de los disturbios, pero ahí están los reclamos, siguen vigentes la falta de libertad, los deseos de emigrar a zonas del planeta donde el trabajador reciba una remuneración digna. Los reclamos del 5 de agosto de 1994 se mantienen en pie, pese al continuo cacareo gubernamental sobre planes de futuro en pos de una Cuba "más culta y desarrollada". Muchos de los cubanos participantes en aquella acción, hoy residen en Estados Unidos, en otros países, acaban de salir de las cárceles o siguen deambulando por la Isla sin rumbo fijo.

Todos a una

¿Qué será de aquel joven de 17 años, nombrado Michel Charnícharo Pláceres, protagonista del Maleconazo? De Michel supimos por la excelente crónica del periodista y poeta Raúl Rivero, al que Michel le contó las peripecias de los encontronazos con los agentes de la Seguridad del Estado vestidos de constructores o de gastronómicos. También le dijo de su asombro cuando salió en la televisión: "Volví a mi casa y me acosté. Me dolían los golpes, pero me sentía contento. Al otro día díceme mi mamá: 'saliste anoche en el noticiero de televisión'. Esa tarde me vi yo mismo. Salía tirando piedras y gritando: ¡Abajo Fidel!".

Michel pasó unos meses en la cárcel después de una salvaje golpiza, y ahora quién sabe por dónde anda. En aquella ocasión en que hablara con Raúl Rivero, todavía esperaba otro Maleconazo. Él lo esperaba como lo esperan otros cubanos.

Los amotinados callejeros de esa ocasión, además de solicitar visa hacia Estados Unidos, pedían Libertad, así, de manera categórica. En los documentales que se rodaron desde entonces hasta acá se ha visto cómo pedían libertad de información, transparencia, dejar de ser un país ubicado a la zaga en el respeto a los derechos humanos.

Cuando en un país como el nuestro reina la mentira, de manera que tienen que apelar al mítico bloqueo norteamericano para justificar tantas carencias; cuando cada noche el único noticiero de televisión se convierte en tribuna para injuriar al primero que levante la mano contra el régimen, y encima sea ese noticiero el único sitio donde exista una economía floreciente (que a fuerza de fracasos no se ve por ningún lado), entonces la gente no olvida que hubo un 5 de agosto.

Raúl Rivero está exiliado en Europa, después de casi dos años de cárcel. Cientos de miles de cubanos residen en Estados Unidos, luego de aquella compuerta semiabierta en 1994. Varios millones resisten con ingenio y estoicismo entre la desesperanza y el pesimismo, en tanto otros siguen poniéndole plazos a la caída final. Estos empujan y animan a aquellos maniatados por el desánimo, tratando de caminar hacia la luz como en una escena de Lope de Vega: "todos a una".

EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Respeto a la diferencia
DIMAS CASTELLANOS, La Habana
Vigencia y realidad
OSCAR ESPINOSA CHEPE, La Habana
Palabras enterradas
RAúL RIVERO, Madrid
Editoriales
Sociedad
Represión en Cuba
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir