www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
  Parte 4/4
 
A golpes de ciclón
Ideología, pretextos y huracanes: Aún queda por delante un largo verano y el capítulo de Dennis apenas ha comenzado.
por ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
 

Por su parte, el régimen de Castro reconoció la amenaza que significan toneladas y toneladas de alimentos entrando gratuitamente procedentes de Miami. Se trataba de un momento crítico para la economía cubana, ya que La Habana había solicitado asistencia humanitaria a Naciones Unidas, en un gesto sin precedentes que luego fue interpretado como una salida para "reabastecer sus almacenes" (diplomáticos acreditados en la Isla manifestaron a la prensa extranjera sus sospechas de que el gobierno exageraba).

Pero el temor estaba fundamentado no sólo en el papel desinteresado del exilio, y su influencia sobre la población del país, sino en la posibilidad de que la Iglesia lograra ampliar sus funciones en una sociedad controlada con vigor por el Estado. Una vez más, el exilio de "línea dura" y Castro contribuyeron de mutua diferencia a impedir la posibilidad de nuevas opciones en la sociedad cubana.

Michelle abrió expectativas diferentes —en un principio mucho más cómodas— para el gobernante cubano: operaciones comerciales con el objetivo político de minar el embargo desde la perspectiva de los granjeros y legisladores estadounidenses. No ha tenido éxito en el empeño. Los factores decisivos al respecto —el presidente George W. Bush, el dominio republicano en el Capitolio y los estrechos vínculos entre la Casa Blanca y los sectores de "línea dura"— no van a cambiar de posición a consecuencia de un huracán.

La justificación perfecta

Sin conocerse aún el monto total de las pérdidas producidas por Dennis en Cuba, Castro cuenta con el apoyo de su principal aliado, el presidente venezolano Hugo Chávez, para paliar las necesidades más urgentes. Surgirán propuestas en Washington y Miami, tendientes a establecer una flexibilización temporal de las restricciones en los viajes, el envío de remesas y las ventas de productos agropecuarios. Son muy pocas —por no decir nulas— las posibilidades de que se logre un cambio de política al respecto.

Además de Venezuela, posiblemente España y México —como han hecho en ocasiones anteriores— manden una ayuda significativa. Madrid tiene más de un motivo para hacerlo, desde los vínculos tradicionales hasta una nueva política hacia el gobierno de La Habana. Y no sólo La Moncloa, sino también instituciones regionales y no gubernamentales. Es casi seguro que Brasil también contribuya. Pero todos estos países —con la excepción por supuesto de Venezuela— no se apartarán de lo que es normal en estas circunstancias. Ni Castro, el Papa o Bush ensayarán nuevos rumbos.

En todo caso, Dennis actuará como la justificación perfecta del incumplimiento de las promesas populistas formuladas por el gobernante cubano en los últimos meses. Proseguirán los apagones y las ollas arroceras se las llevó el viento, o al menos el cable de la electricidad donde conectarlas. Los daños en las viviendas son cuantiosos y vienen a agravar la alarmante crisis que experimenta la Isla. Todo ello aumentará la tensión política y el descontento popular.

Hay tres aspectos en que Dennis se diferencia de Lili y Michelle. Uno es el número de víctimas mortales. Hasta el momento se han reportado diez, mientras que Lili sólo ocasionó una y Michelle ninguna. Otro es la amplitud territorial. El huracán penetró a tierra por Cienfuegos y salió por un punto entre las localidades de Boca de Jaruco y Brisas del Mar, en la provincia de La Habana.

En total afectó a once provincias, desde el sur de Oriente (fue en la región oriental donde se produjeron las muertes) hasta la capital. El tercero —y quizá más importante— es que ocurrió a principios de julio. Lili fue en octubre y Michelle en noviembre. Esto deja abierta la posibilidad de que otro huracán, o más de uno desde una visión pesimista —cuatro ocurrieron en la Florida el pasado año—, azote el país. Aún queda por delante un largo verano y el capítulo de Dennis apenas ha comenzado.

Referencias
Huracán Dennis deja al menos 10 muertos en Cuba y una estela de destrucción
Dennis dejó daños en más de 1.800 viviendas en La Habana
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3. No se puede entender...
4. Por su parte...
   
 
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