AFP/ La Habana. La apertura de la Casa de la orden católica femenina de Santa Brígida en Cuba, provocó el sábado diversas reacciones, que van desde quienes la consideran un reconocimiento a los religiosos de la Isla hasta quienes lo ven como un simple evento que no implica un cambio a favor de los reclamos de la Iglesia.
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Tekla Famiglietti, Abadesa General de la Orden de Santa Brígida y Fidel Castro. |
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En un mensaje enviado para la ocasión, cinco años después de su visita a Cuba, el Papa Juan Pablo II pidió nuevamente a los católicos cubanos, remar hacia adentro "para que la fe y los valores que se apoyan en la buena nueva de Jesucristo estén siempre presentes en su mente y en su corazón, guíen sus pasos y sus actuaciones en las diversas actividades que llevan a cabo en todos los ámbitos y Cuba pueda así expresar plenamente su alma cristiana".
Por su parte, Fidel Castro, quien asistió a la inauguración, dijo desear que el lugar "sea un ejemplo de espíritu ecuménico", y alabó "el esfuerzo denodado e incansable por la paz que está realizando el papa Juan Pablo II, pese a dificultades físicas y de salud".
Castro calificó a las brigidinas de "noble, simbólica y prestigiosa institución religiosa" que realiza "trabajos muy duros y abnegados".
El cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara (México), expresó a la prensa que la inauguración "es un gesto que va en la línea de lo que pidió el Papa, de apertura".
No obstante, aclaró que este es "un signo" solamente, "si en otros rubros falta la apertura, pues que se pida, se reclame".
El arzobispo de Guadalajara hizo las declaraciones en una celebración eucarística en la Catedral de La Habana, a la que también asistió el disidente católico Oswaldo Payá, recientemente galardonado con el Premio Sajarov del Parlamento Europeo y candidato al Premio Nobel de la Paz de 2003.
Esto "no es una apertura, es un evento", dijo Payá a los periodistas. "Seguimos reclamando la libertad para la Iglesia y los derechos de todos los cubanos y de todos los creyentes que todavía el gobierno no respeta y con este gesto no se suple lo que nosotros estamos reclamando".
El cardenal cubano Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, dijo durante la misa que "el Papa espera, y así no los ha hecho saber, que la apertura de esta casa sea un signo de esperanza para religiosas de distintas congregaciones, que esperan desde hace años la autorización del gobierno cubano para venir a realizar su misión en Cuba". |