Decenas de miles de cubanos desfilaron el sábado por la Calle 8 de Miami, en una marcha convocada en respaldo a la "sagrada intransigencia" contra el gobierno de Fidel Castro y en apoyo al embargo estadounidense a Cuba y a la guerra en Irak, entre otras causas.

La "Marcha de la Libertad con Dignidad", promovida por Foro Patriótico Cubano, una coalición de 30 organizaciones de exiliados de línea dura, logró atraer unas 40.000 personas, de acuerdo con la policía local.

Comenzó a la una de la tarde en el Monumento a los Mártires de Bahía de Cochinos, encabezada por los tres congresistas cubanoamericanos del sur de la Florida: Lincoln Díaz-Balart, su hermano Mario, e Ileana Ros-Lehtinen. El cuarto congresista de la comunidad cubana, Bob Menéndez, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, envió una carta de respaldo.

Los participantes avanzaron a lo largo de 16 cuadras de la conocida avenida miamense rumbo a una tribuna, donde se produjeron las alocuciones por dos horas.

Pancartas con los lemas "Mr. Bush: Hussein hoy, Castro mañana"; "Saddam es el Fidel Castro de Irak"; y "Free Cuba next" (Liberen a Cuba después) fueron enarbolados por los manifestantes.

"Nuestro mensaje es claro: negociar con el régimen que ha oprimido al pueblo cubano por 40 años no es una opción", dijo la activista Sylvia Iriondo, presidenta de MAR (Madres contra la Represión, por sus siglas en inglés) por Cuba. "Estamos aquí para decir que la gran mayoría de la comunidad cubana no ha cambiado".

El principal promotor de la marcha, Armando Pérez Roura, un activista político de ultraderecha, director de Unidad Cubana y de la emisora Radio Mambí (WAQI-710AM), había exhortado a los cubanos de Miami a decir "no al diálogo y a la componenda".

Las referencias de los organizadores a marchar contra "los dialogueros, los nuevos autonomistas y los cómplices del Talibán de La Habana" estaban dirigidas a contrarrestar recientes encuestas del Grupo de Estudios Cubanos (CSG) y The Miami Herald, que mostraban una creciente tendencia en el exilio al diálogo y la transición pacífica en la Isla.

Otro punto de fricción fueron las declaraciones del presidente de la junta directiva de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Jorge Mas Santos, sobre la posibilidad de conversar con representantes de la cúpula gubernamental —exceptuando a Fidel y Raúl Castro— en un escenario político del futuro.

Inicialmente, los abiertos ataques de Radio Mambí contra la disidencia interna, particularmente contra Oswaldo Payá, promotor del Proyecto Varela, hicieron pensar a muchos que la marcha estaba enfocada también contra los opositores pacíficos en la Isla. Según sondeos, el 79 por ciento de los cubanos residentes en el sur de la Florida apoya el Proyecto Varela.

Al final, los organizadores de la movilización decidieron dejar a un lado sus críticas para tener la participación de los numerosísimos simpatizantes de la disidencia interna. La reciente ola de arrestos en Cuba, que enfureció una vez más a la comunidad de exiliados, cristalizó ese giro en las motivaciones de la marcha.

"Felicitamos a los organizadores, que han incluido a última hora muchos temas favorables para la causa cubana, como el apoyo a la disidencia interna y la lucha al terrorismo internacional", declaró Joe García, director ejecutivo de la FNCA, agrupación que se mantuvo al margen de la manifestación.

El ex comandante de la revolución Huber Matos, quien al principio se opuso a la marcha, dijo que su grupo Cuba Independiente y Democrática (CID) decidió participar al conocer que los organizadores iban a expresar respaldo a los disidentes. "Creemos que es importante mostrar la unidad del exilio contra Castro como un bloque unido", señaló.