www.cubaencuentro.com Viernes, 16 de mayo de 2003

 
   
 
Cocinar con leña afecta la salud y el bolsillo de los cubanos
Muchos hogares no están preparados con la ventilación suficiente para usar leña, lo que provoca trastornos respiratorios y oftalmológicos.
 

AFP/ La Habana. Cocinar con leña o carbón vegetal, opción que utilizan los cubanos como remedio a la escasez de combustibles fósiles, afecta sensiblemente la salud y la economía doméstica de las familias, afirma un estudio realizado por especialistas locales, del cual publicó el miércoles una versión el diario oficialista Juventud Rebelde.

"Los egresos familiares por compra de combustibles de madera son más elevados que los de otras fuentes y afectan significativamente la economía familiar, representando entre el 17 y el 24 por ciento del salario medio" de los núcleos en la provincia de Guantánamo, dijo Osvaldo Núñez Bosch, uno de los autores de la investigación.

El estudio se concentró en Guantánamo, una de las zonas más pobres del país, denotando la ausencia de estadísticas rigurosas a nivel nacional.

Señaló que, sólo en esa provincia, el consumo anual asciende a unos 548.000 metros cúbicos de madera, mientras que la cifra oficial a nivel nacional en 1999 fue de 133.000 metros cúbicos.

De los 143.000 hogares guantanameros, el 35% cocina solamente con leña o carbón vegetal, mientras que un 77% alterna los combustibles vegetales básicamente con el kerosén.

Uno de los problemas asociados es que muchos hogares cubanos no están preparados, con la ventilación suficiente, para usar leña, lo que provoca trastornos respiratorios y oftalmológicos en muchas personas, indicó el estudio.

Antes de 1990, en la mayoría de los hogares cubanos se cocinaba con kerosén, derivado del petróleo que se importaba de la antigua Unión Soviética, pero después del desmembramiento de ese país, principal aliado político-económico de Cuba, la situación de los combustibles en general se tornó sumamente crítica.

En la década de los noventa, cuando la crisis económica alcanzó su momento más difícil, mucha gente se vio obligada a cocinar con leña o carbón ante la ausencia o insuficiencia del abasto de kerosén y gas licuado.

Según los investigadores, la situación actual de los combustibles domésticos es mejor que en los años noventa, pero aún está por debajo del período anterior a esa fecha.

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