www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
   
 
Medidas de La Habana desatan la alarma entre los cubanos
 

La población cubana vivió este martes con alarma e incertidumbre ante el alcance de las medidas oficiales que incluyen, entre otras cosas, una subida de los precios de la gasolina, y de alimentos y artículos de aseo que se venden en las tiendas en divisas, informó la AFP.

Largas filas de personas se agolpaban frente a los comercios horas antes de su apertura para intentar proveerse de mercaderías tras el anuncio de aumentos inminentes.

Una nota oficial del gobierno cubano avisó el lunes de la suspensión "hasta nuevo aviso de las ventas de las tiendas que ofertan sus productos en divisas, excepto alimentos y artículos de aseo e higiene personal". La Habana dijo que la decisión responde a las medidas anunciadas el jueves pasado por el gobierno estadounidense para "acelerar" la transición hacia la democracia en Cuba.

Las disposiciones de Washington, propuestas por la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre que creó el presidente estadounidense George W. Bush en octubre de 2003, incluyen la reducción de las remesas y los viajes de cubanoamericanos a la Isla, y de la cantidad de dinero que estos pueden gastar mientras están en Cuba.

La respuesta de las autoridades cubanas tomó por sorpresa a la ciudadanía, que se volcó masivamente a los mercados para abastecerse ante la incertidumbre generada.

Mercaderías que el gobierno cubano considera no esenciales fueron retiradas de los puestos de venta, constataron periodistas de la AFP. En tiendas de recaudación de divisas de La Habana ya no se veían licores ni cigarrillos, y mucho menos artículos electrodomésticos, de por sí escasos y caros.

"En la calle no se habla de otra cosa, pero nadie sabe cual será el alcance de esa medida ni a cuánto ascenderán esos aumentos", comentó Nelia Castellanos, una diseñadora gráfica jubilada que esperaba en la cola en un mercado de La Habana.

El comunicado gubernamental, que consta de 15 puntos, no precisa la magnitud de los incrementos; se limita a señalar que "las medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos elevarán lamentablemente los precios en las cadenas de tiendas que ofertan sus productos en divisas", así como el del combustible que se vende en dólares.

Los rumores alarmistas se propagaban de boca en boca y la gente hablaba de un desabastecimiento total inminente. Muchos recordaron los momentos vividos entre los años 1990 y 1995, los peores del llamado Período Especial decretado por el gobierno cubano tras la caída del campo socialista y la pérdida de más del 80% del comercio exterior cubano.

La prensa de la Isla, toda bajo control del Estado, atizó la sensación de incertidumbre de la ciudadanía con titulares nada tranquilizadores que culparon a las medidas estadounidenses de las decisiones de La Habana.

En su portada, el diario Juventud Rebelde dijo que "las medidas de la Casa Blanca" representan "un golpe a la familia y a la economía cubana", en tanto Granma, órgano del Partido Comunista, único legal en Cuba, sentenció: "No podrán ponernos de rodillas".

"El presidente Bush podría hasta ordenar una invasión militar contra nuestro país para levantar su deteriorada imagen antes de las elecciones", dijo Juventud Rebelde.

Los encargados de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organizaciones de barrio a través de las cuales el gobierno controla a la mayoría de los habitantes del país, comenzaron a citar el lunes por la noche a los vecinos para debatir el "plan de transición de Bush", mientras se organizaba una "marcha del pueblo combatiente" en La Habana.

La masiva movilización se realizaría esta semana y los participantes desfilarían ante la sede de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, indicaron fuentes oficialistas.

El proyecto de transición diseñado en Estados Unidos no fue bien recibido en general por la población cubana, y hasta líderes de la disidencia interna expresaron su disconformidad.

"No hace más que alimentar la idea del enemigo externo" como responsable de todos los males del pueblo cubano, imagen promovida por el gobierno de Castro para "justificar sus acciones", señaló Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).

Oswaldo Payá, gestor del Proyecto Varela y líder del Movimiento Cristiano Liberación, rechazó también la iniciativa y afirmó que "no corresponde que ningún factor externo (…) trate de diseñar el proceso de transición cubano".

El comunicado oficial advirtió que "la tarea fundamental es continuar perfeccionando las tácticas, las técnicas, los métodos y los principios de la guerra de todo el pueblo", empleando un preocupante tono belicista, que avisa además a los cubanos de que les "esperan días de trabajo y sacrificio".

"Bush parece el mejor aliado de Fidel Castro. Gracias a él ahora aquí tienen más argumentos que nunca para cerrarse y justificar que, ante la agresión, no queda más remedio que defenderse", dijo un cubano parado frente al anaquel de una tienda de La Habana, según citó el diario español El País."Ahora sí que tenemos 'batalla de ideas' para rato", agregó.

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