El gobierno de Estados Unidos anunció el jueves un nuevo plan de medidas que busca acelerar la caída del gobierno de Fidel Castro. Entre las disposiciones están la reducción de remesas y de los viajes de los cubanoamericanos a la Isla.
"Es una estrategia que evitará que el régimen use las divisas de los turistas y las remesas para sostener su sistema represivo", dijo el presidente estadounidense George W. Bush, poco antes del anuncio, hecho por el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Roger Noriega.
"Está diseñada (…) a fin de ayudar a las organizaciones para proteger a los disidentes cubanos e impulsar los derechos humanos", agregó Bush.
Las medidas fueron recomendadas por la Comisión para la Ayuda a una Cuba Libre que trabajó durante ocho meses presidida por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y generó un informe
de 500 páginas.
Las nuevas sanciones son:
-Reducir la cantidad de remesas trimestrales que puede enviar a Cuba una persona, de 300 dólares a 225.
-Limitar las visitas familiares a la Isla a un viaje cada tres años. Los exiliados recién llegados a Estados Unidos tendrían derecho a solicitar un permiso a los tres años de su salida de Cuba.
-Limitar la definición de "familia" para efectos de las visitas a los familiares más cercanos (abuelos, nietos, padres, hermanos, esposos e hijos).
-Reducir la cantidad permitida para gastos de comida y alojamiento en viajes a Cuba de 164 dólares diarios a 50.
-Ordenar que las autoridades estadounidenses realicen "operaciones encubiertas" en contra de redes de individuos ("mulas") que transporten dinero ilegalmente.
-Ordenar el despliegue inmediato de la plataforma aérea C130 Comando Solo, de origen militar, para evitar las interferencias del gobierno cubano a las transmisiones hacia Cuba de Radio-TV Martí. En esta operación se invertirán 18 millones de dólares.
-Apoyar las labores de las organizaciones no gubernamentales (ONG) en determinados países para poner de relieve los abusos de los derechos humanos en la Isla.
-Restringir los viajes con fines educativos de personas desde Cuba.
Además, se dedicarán 36 millones de dólares para apoyar a la oposición interna y al respaldo a esta, y se nombrará un Coordinador para la Transición en Cuba dentro del Departamento de Estado norteamericano.
Al dar a conocer la estrategia, Noriega llamó a los países de América Latina a "unirse en este esfuerzo, que se basa en principios compartidos de libertad y respeto a la dignidad".
Analistas opinan que con estas medidas Bush trata de evitar un voto castigo entre influyentes sectores de línea dura del exilio, frustrados por lo que consideran la inacción de su gobierno ante los desmanes del régimen castrista.
La encuesta anual correspondiente a 2004 del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida reveló que el 58,5% de los cubanos del condado de Miami-Dade y el 52,4% del vecino Broward votarían por Bush el 2 de noviembre, por debajo del 64% registrado en 2003. El 25% de los encuestados este año dijo estar indeciso sobre el candidato que respaldaría para la presidencia del país. |