El preso político Héctor Palacios Ruiz pudo visitar el miércoles durante unas cuatro horas a su madre, María Luisa Ruiz Calero, quien cumplió 85 años de edad, informó EFE.

"El encuentro fue muy emotivo para su mamá (…) que no lo veía desde el pasado mes de marzo", dijo Gisela Delgado, esposa del disidente, condenado a 25 años de cárcel en abril de 2003.

Esta es la primera vez que las autoridades permiten a Palacios salir de la cárcel para una visita familiar, durante la cual almorzó también con sus cuatro hijos y su nieto.

"Lo vi con muy buen estado de ánimo, muy optimista y el encuentro fue emotivo y feliz para todos porque pudimos estar juntos por esas horas", afirmó Delgado, que dirige el ilegal Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba.

Esta "pudiera ser una señal, un gesto humano con él y su mamá, que tiene 85 años, el preámbulo de una excarcelación, o una manera de bajar tensiones, ya que han sido 21 meses de momentos muy crispados entre las autoridades y yo", opinó Delgado.

La disidente recordó que ha protestado "por la situación a la que han sometido a Héctor y sus problemas de salud, y debido a las escasas visitas que le han permitido en el hospital a pesar de que se encontraba ingresado y de haber sido operado tres veces".

Respecto a la posibilidad de que el gobierno conceda a Palacios una licencia extrapenal por problemas de salud, como la recibida en los últimos días por siete opositores, Delgado dijo: "sencillamente me dijeron que me avisarán próximamente de una visita y del resumen médico de Héctor".

Palacios, de 62 años, estuvo varios meses internado en el hospital provincial Abel Santamaría, de la provincia de Pinar del Río, donde fue operado de vesícula, del maxilar superior y de una verruga.

El pasado 30 de noviembre fue trasladado junto a otros disidentes presos al hospital de la prisión habanera Combinado del Este, donde le han realizado exámenes médicos, principalmente por un problema circulatorio que padece en la pierna derecha.

El disidente forma parte del grupo de 75 opositores que el gobierno cubano condenó en 2003 a penas de hasta 28 años. En el momento de su arresto dirigía el Centro de Estudios Sociales.