Exiliados en Estados Unidos expresaron el viernes preocupación por la suerte de cinco cubanos que fueron heridos por guardias el jueves durante disturbios en el Centro de Detención de Carmichael, en Nassau, Bahamas.

El fin de semana activistas y familiares de los detenidos organizaron una protesta frente al consulado bahamés en Miami y grupos de exiliados llamaron a realizar un boicot contra los productos y el turismo a Bahamas, informó El Nuevo Herald.

"Bahamas, que tiene un convenio de repatriación de refugiados cubanos con la dictadura (de Fidel Castro) y que, tiene todo el derecho a tener estos acuerdos por injustos que sean, debe explicar el uso excesivo de la fuerza", dijo en declaraciones a la agencia EFE Ninoska Pérez Castellón, directora del Consejo por la Libertad de Cuba.

Castellón exhortó al gobierno bahamés a revisar esos acuerdos a favor de "una visión más humana, sobre todo cuando se trata de refugiados políticos que huyen de una dictadura comunista".

Después de varias semanas de tensiones en el Centro de Carmichael, nueve detenidos —incluidos al menos cinco cubanos— y once guardias resultaron el jueves heridos durante los disturbios.

Según informaciones publicadas por El Nuevo Herald,los cubanos Pedro Batista Méndez, Orestes Cordero García, Jorge Luis Conde Morales, Arnulfo Santiesteban y Arcel Emilio Rondón Herrera, todos heridos con balas de goma, fueron hospitalizados.

En Carmichael se encontraban 48 cubanos interceptados en el mar, entre ellos había dos menores y varios disidentes que escaparon de la Isla para evitar represalias.

El Ministerio de Trabajo e Inmigración de Bahamas dijo la semana pasada en un comunicado que los disturbios del jueves se iniciaron con la fuga de tres cubanos —dos de ellos fueron capturados de inmediato— y el atrincheramiento en un dormitorio del Centro de otra parte del grupo.

La versión gubernamental dijo que los detenidos prendieron fuego al dormitorio y arrojaron objetos contundentes a los guardias de la Fuerza Real de Bahamas que acudieron al lugar a restablecer el orden.

Las autoridades bahameses negaron cualquier tipo de abuso contra los cubanos antes, durante o después del incidente, y atribuyeron el motín del jueves a "agentes de provocación" fuera del país.

Sin embargo, el activista de la organización de exiliados Net for Cuba Internacional, Leonardo Hidalgo, residente en Nassau, dijo haber hablado con un haitiano detenido en Carmichael.

El haitiano habría dicho a Hidalgo que "los guardias de Inmigración provocaron a los cubanos y les entraron a golpes", incluso patearon a una mujer que sostenía a sus dos hijos en brazos.

"Los oficiales sacaron sus armas de fuego y empezaron a disparar a matar a los cubanos", afirmó.

En el campamento, que ha sido reparado tras los daños, permanecen 25 cubanos. Otros han sido reubicados en cárceles de mayor seguridad.

"No hay justificación para que estas personas sean tratadas brutalmente, como si fueran animales", dijo la congresista Ileana Ros-Lehtinen. "Esta tragedia no debe sorprendernos, porque la actitud tradicional de Bahamas es rechazar a los cubanos y hacerles la vida imposible".

La congresista anunció gestiones para que el Departamento de Estado reubique en un tercer país a los cubanos detenidos en Bahamas.

Ros-Lehtinen afirmó que nueve personas del grupo tenían visa de refugiados para viajar a Nicaragua, pero las autoridades bahameses se lo han impedido.

Amnistía Internacional solicitó al gobierno de Bahamas una inmediata investigación y pidió la actuación de Naciones Unidas para evitar la repatriación de personas que buscan refugio.